En Bolivia, los indicadores macroeconómicos fueron observados en el pasado mes por las calificadoras internacionales.
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Fuente: ANF
El nuevo informe del Banco Mundial advierte que las perspectivas para América Latina y el Caribe en este año son mucho más sombrías que en la gestión pasada y sugiere a los gobiernos cuidar y superar los cuestionamientos a sus macroeconomías.
El documento que fue publicado este mes y lleva el título: “El potencial de la integración, oportunidades en una economía global cambiante”. En su documento resumen destaca que América Latina resistió las adversidades globales, como la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania; sin embargo, estos esfuerzos de recuperación podrían desplomarse con las nuevas coyunturas mundiales.
“Los vientos en contra cobran impulso y las perspectivas para 2023 son mucho más sombrías que en 2022. La incertidumbre mundial aumenta, y si bien el mundo desearía poder dejar atrás el COVID-19, persiste la amenaza de nuevas variantes y enfermedades. Fortalecer la resiliencia, tanto en los frentes sanitario como macroeconómico, sigue siendo primordial. Aún se debe avanzar en la cobertura de vacunación y en el estado de preparación de los sistemas de salud, mientras que en algunos países la institucionalidad de la política macroeconómica está siendo cuestionada”, indica el informe.
El Banco Mundial dice que para este año el Producto Interno Bruto de la región crecerá tan solo 1.4%, inferior a lo previsto. Para los dos siguientes años se esperan tasas de 2.4%, incremento muy bajo para lograr progresos en la reducción de la pobreza.
“La región, en gran medida, se ha recuperado de la crisis de la pandemia, pero lamentablemente ha vuelto a los bajos niveles de crecimiento de la década anterior (…). Los países deben urgentemente acelerar el crecimiento inclusivo, para que todos se beneficien del desarrollo, y esto requerirá mantener la estabilidad macroeconómica y aprovechar las oportunidades que hoy ofrece la integración comercial”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
Además de posibles nuevas variantes del COVID-19, los otros factores que podrían frenar a las economías de la región son la caída de los precios de las materias primas, la suba en las tasas de interés en los países desarrollados y la recuperación incierta de China.
En Bolivia, los indicadores macroeconómicos fueron observados en el pasado mes por las calificadoras internacionales. El Banco Central de Bolivia no difunde el reporte semanal de las Reservas Internacionales desde el 8 de febrero, fecha en la que nuevamente se confirmó una caída de las reservas en divisas.
Actualmente, existe una ausencia del dólar en el país. Las entidades financieras continúan con las restricciones sobre la venta del billete estadounidense y la gente acude al Banco Central para anotarse en la fila y esperar ser atendidos hasta mayo.
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