La región de Tarija se encuentra en estado de máxima alerta ante un devastador incendio que, desde el pasado jueves, consume la serranía de Sama. La magnitud de este siniestro es considerada superior a la catástrofe de 2017, que resultó en la pérdida de 13.000 hectáreas. La situación actual se agrava por la presencia de intensas ráfagas de viento, que impulsan las llamas hasta alcanzar alturas de cinco metros, y por la topografía accidentada del terreno, que complica significativamente las labores de contención por parte de los equipos de emergencia.
Una evaluación aérea, realizada por las máximas autoridades nacionales y departamentales, confirmó la extrema gravedad de la situación. La escala del incendio exige la movilización de un vasto contingente humano y un soporte aéreo considerable para su sofocación. Se ha comprometido la coordinación de recursos entre el Gobierno Nacional, la Gobernación y los municipios afectados para enfrentar esta emergencia. Si bien las llamas aún no han penetrado completamente en la Cordillera de Sama, han avanzado sobre una extensa porción de la serranía, y la persistencia de los vientos incrementa el riesgo de que el fuego ingrese a la reserva natural.
Los reportes iniciales indicaban que, hasta el mediodía del viernes, el fuego había calcinado 349 hectáreas en las jurisdicciones de Cercado y San Lorenzo. Sin embargo, se anticipa que esta cifra se haya duplicado en pocas horas, dada la proliferación de focos de calor y la fuerza del viento durante la tarde.
La causa del incendio ha sido atribuida a la actividad humana, habiendo comenzado el jueves al mediodía en el sector de Rincón de La Vitoria. La rápida propagación del fuego, impulsada por las fuertes corrientes de aire, permitió que superara la serranía y descendiera hasta la comunidad de Turumayo. Hasta el momento, no se ha informado de detenciones relacionadas con el origen de este desastre.
Para combatir la emergencia, se ha desplegado un contingente de 350 bomberos especializados, apoyados por voluntarios y unidades militares de toda la región. Adicionalmente, ochenta bomberos forestales, procedentes de San Ignacio de Velasco, llegaron a Tarija el viernes, equipados con cuadratracks y motocicletas para facilitar el acceso a zonas de difícil alcance. El apoyo aéreo se ha reforzado con la llegada de un helicóptero dotado de un sistema bambi bucket, capaz de transportar hasta 800 litros de agua para descargas. Se prevé la incorporación de más aeronaves para intensificar las operaciones.
Las acciones de combate durante el viernes se concentraron en puntos críticos como Turumayo, Lazareto, San Pedro de Sola y Obrajes, áreas donde las llamas avanzaron desde el Rincón de La Vitoria durante la noche. La amenaza se extendió también a barrios periurbanos de Tarija, incluyendo Mirador de Los Pinos, Alto Senac y Tajibos. El avance del fuego no solo compromete la Reserva de Sama, sino que ha impactado a comunidades rurales como Pinos Sud y Pampa Redonda, donde un transformador eléctrico caído provocó nuevos focos ígneos.
La municipalidad ha declarado la emergencia y ha activado brigadas de atención médica para asistir a los bomberos y voluntarios, muchos de los cuales muestran signos de agotamiento tras más de 24 horas de combate ininterrumpido. Se ha lamentado la irresponsabilidad de quienes, a pesar de la alerta naranja, persistieron en prácticas de chaqueo y quema de basura, desencadenando este siniestro de gran magnitud y difícil control. Se ha hecho un llamado a la calma y a la concienciación ciudadana.
Al caer la noche, los equipos de bomberos se replegaron a sus bases para redefinir las estrategias y frentes de ataque para la jornada siguiente. Un balance realizado al anochecer reveló que, en áreas donde el fuego había sido parcialmente contenido, la reactivación de las llamas por las ráfagas de viento representó un desafío constante.
En respuesta a la situación, se ha asegurado el suministro de diésel y gasolina para las operaciones de emergencia, destinando volúmenes considerables para el municipio y para las estaciones de servicio que abastecen a las brigadas.
La emergencia actual conlleva riesgos adicionales, como la posible contaminación de las fuentes de agua en la zona de Rincón de La Vitoria, que abastecen a la ciudad de Tarija, lo que podría afectar la calidad del recurso hídrico. Asimismo, el incendio deteriora el índice de calidad del aire, lo que representa una preocupación para la salud pública, especialmente para los grupos más vulnerables de la población