En medio de una intensa movilización impulsada por sectores afines al exmandatario, que promueven activamente el voto nulo, una autoridad del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Gustavo Ávila, ha clarificado que esta opción de sufragio posee únicamente un valor estadístico y no ejerce influencia alguna en la determinación del resultado final de un proceso electoral.
Se ha desmentido categóricamente la noción de que una alta proporción de votos nulos podría llevar a la anulación de una elección. Se ha enfatizado que tanto los votos nulos como los blancos son considerados exclusivamente para fines estadísticos. La legislación vigente es explícita al establecer que únicamente los votos válidos son computados para definir los resultados, una directriz que el organismo electoral está obligado a cumplir.
La normativa legal, se ha subrayado, es inequívoca al disponer que la elección de presidente y vicepresidente se lleva a cabo en una circunscripción nacional única, mediante sufragio universal, y que solo se toman en cuenta los votos válidos para el escrutinio final. Por consiguiente, los votos en blanco y nulos, en estricto apego a la ley, se restringen al ámbito estadístico. Se ha reiterado que, independientemente del porcentaje que alcancen los votos nulos, bajo ninguna circunstancia se anularía una elección, ya que estos no son considerados en el cómputo definitivo.
Como precedente, se ha recordado el proceso electoral judicial de 2017, donde el 60% de los sufragios fueron nulos, y aun así el proceso no fue anulado. Esto se debe a que ni la Constitución ni la legislación pertinente establecen tal disposición. El objetivo es brindar certidumbre a la ciudadanía, asegurando que la elección no será invalidada por la existencia de un determinado porcentaje de votos nulos.
Paralelamente, el expresidente Evo Morales ha reiterado su llamado a sus seguidores para que se sumen a la campaña del voto nulo con miras a las elecciones generales programadas para el próximo 17 de agosto. Incluso ha afirmado la existencia de 300 centros de campaña dedicados a esta causa.
El exmandatario ha señalado un crecimiento inesperado del voto nulo, anticipando que los comicios del 17 de agosto podrían estar marcados por indicios de nulidad. Ha cuestionado la validez de una elección que, a su juicio, se realiza sin el pueblo. Esta iniciativa a favor del voto nulo surge tras no haber logrado impulsar su nueva candidatura presidencial.
El expresidente ha sostenido que el actual proceso electoral carece de legalidad y constitucionalidad, considerándolo un intento de conferirle legitimidad de manera artificial. Ha manifestado su convicción de que, si el voto nulo prevalece, la elección carecerá de legitimidad, expresando optimismo sobre el éxito de esta estrategia