La selección boliviana, bajo la dirección técnica de Óscar Villegas, se alista para su compromiso en Barranquilla con una estrategia definida: prevenir los descuidos propios que en encuentros recientes han desembocado en resultados adversos. El cuerpo técnico ha evaluado con detenimiento los reveses sufridos en condición de visitante ante Argentina y Venezuela, extrayendo enseñanzas fundamentales que se buscará evitar en el inminente duelo contra Colombia.

Un ejemplo de estas situaciones se remonta a octubre del año pasado, cuando el conjunto boliviano sostenía un desempeño sólido en Buenos Aires. Un desliz de Marcelo Suárez en la salida del balón, sin embargo, propició que Lionel Messi se encontrara con una oportunidad inmejorable para inaugurar el marcador. Este incidente, catalogado por la dirección técnica como un percance fortuito, abrió la senda para una contundente derrota por seis goles a cero frente a la Albiceleste en el estadio Monumental.

Una secuencia similar se observó en junio de este año en Maturín. Durante aquel partido, un pase hacia atrás de Héctor Cuéllar con destino a Guillermo Viscarra resultó en un control defectuoso del guardameta, permitiendo que el esférico se escurriera entre sus piernas y se convirtiera en un autogol insólito. Este hecho marcó el inicio de la victoria de Venezuela por dos a cero. Desde la perspectiva del estratega, tales acontecimientos no son fallos técnicos, sino más bien circunstancias desafortunadas que pueden ocurrir en el fragor del juego.

El técnico ha subrayado que lo acontecido en los partidos contra Argentina y Venezuela debe servir como una advertencia. Si la selección logra evitar estos imprevistos y el desarrollo del juego transcurre con normalidad frente a Colombia, existe la confianza de desplegar un gran rendimiento, mantener un ritmo competitivo y, consecuentemente, alcanzar un resultado favorable.

Asimismo, el cuerpo técnico ha puesto de relieve la importancia crucial de la resiliencia del equipo. Como ilustración, se menciona la visita a Chile, donde el plantel boliviano demostró una notable fortaleza mental al no desmoronarse tras encajar el gol del empate. Por el contrario, el equipo reaccionó con determinación para sellar una victoria por 2-1 en Santiago, evidenciando su capacidad para sobreponerse a las adversidades y buscar el triunfo.

Para el entrenador, la serenidad es otro componente esencial. Es fundamental fortalecer las virtudes del equipo, pero también asegurar que los jugadores mantengan la calma y la concentración. Un estado mental equilibrado, se argumenta, contribuirá a minimizar la ocurrencia de estos incidentes inesperados en el campo de juego.

La Verde finalizará sus preparativos este martes con una sesión de entrenamiento a puertas cerradas en el estadio Hernando Siles. Posteriormente, la delegación viajará a Santa Cruz, desde donde tomará un vuelo chárter directo hacia Barranquilla.

El enfrentamiento contra Colombia está programado para este jueves a las 19:30, hora boliviana. La selección nacional aspira a obtener un resultado que le permita mantener vivas sus aspiraciones de competir por un cupo en la próxima cita mundialista

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