A pesar del reciente revés sufrido frente a Colombia, que ha disipado las posibilidades de acceso directo a la Copa del Mundo, el anhelo boliviano de participar en la cita global persiste. La única senda restante conduce a la repesca intercontinental, cuya definición se postergará hasta la última jornada de las Eliminatorias Sudamericanas, en un pulso directo con la selección venezolana.
Este escenario de incertidumbre se mantiene abierto merced a la victoria argentina por 3-0 sobre la Vinotinto en Buenos Aires. Dicho resultado impidió que el combinado llanero consolidara su posición en la repesca de forma anticipada. Actualmente, la clasificación posiciona a Venezuela en el séptimo escalón con 18 puntos, mientras que el equipo boliviano se ubica octavo con 17 unidades.
El cálculo para la Verde es preciso: se ve impelida a superar a Brasil este martes en El Alto. Un triunfo ante la Canarinha le permitiría ascender al séptimo puesto, siempre que el conjunto venezolano no consiga la victoria (es decir, pierda o empate) en su encuentro frente a Colombia en Maturín.
De materializarse este escenario, Bolivia sumaría 20 puntos, superaría al combinado Vinotinto y se garantizaría un cupo en la repesca intercontinental. Por el contrario, cualquier desenlace diferente clausuraría el sueño mundialista para el equipo dirigido por Óscar Villegas.
El martes se perfila como una jornada de máxima expectación, con la esperanza de una nación entera concentrada en dos escenarios deportivos: el estadio Municipal de Villa Ingenio en El Alto y el Monumental de Maturín. La ilusión boliviana sigue viva, si bien su concreción pende tanto de su propio desempeño en la cancha como de un traspié de su rival directo