La disponibilidad hídrica para el riego agrícola en el valle central de Tarija se encuentra en una situación favorable. Las recientes precipitaciones, incluyendo eventos significativos durante el primer trimestre del año y dos episodios de lluvia registrados a mediados de septiembre, han contribuido a una sustancial recarga de las zonas que abastecen de agua a la región. Esta inyección en las reservas hídricas es crucial para mitigar los riesgos y proteger los cultivos durante la próxima temporada de estiaje.

Desde la Secretaría de Desarrollo Productivo y Medio Ambiente departamental se ha confirmado que la cantidad de agua acumulada es considerable. Fuentes vitales como la Reserva de Sama se beneficiaron de una recarga efectiva durante el periodo estival. Esta situación garantiza que el valle central de Tarija y la zona de Bermejo dispondrán del recurso hídrico necesario para sus actividades agrícolas.

No obstante, esta perspectiva optimista no se extiende a la Región Autónoma del Chaco, la cual, históricamente, enfrenta sequías prolongadas de manera recurrente. A diferencia de años anteriores, cuando los niveles de las represas disminuían drásticamente, comprometiendo la provisión de agua para el riego, la situación actual presenta un escenario distinto, con los embalses manteniendo volúmenes adecuados.

Entre las infraestructuras que exhiben un buen nivel de almacenamiento se encuentran las presas de Huacata, Calderas y San Jacinto. En el caso particular de la represa de San Jacinto, las autoridades departamentales han cursado una solicitud formal a ENDE Guaracachi para que se priorice el uso del agua para el riego de las parcelas agrícolas del valle central, regulando su empleo en la generación de energía eléctrica

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