Tarija se encuentra inmersa en una profunda contracción económica, con el sector comercial informal experimentando una caída persistente en sus ventas. A pesar de esta disminución en la actividad, el número de trabajadores por cuenta propia continúa en ascenso, una paradoja que subraya la creciente informalidad laboral en la región. Datos censales recientes indican que la mitad de la fuerza laboral opera fuera del marco formal.
Los registros sectoriales revelan una drástica disminución en el volumen de transacciones. Hacia finales del año anterior, las ventas habían retrocedido un 60% en comparación con el ciclo precedente, y para mediados del presente año, la contracción se mantenía en un 50%. Estas cifras confirman que la senda hacia una recuperación económica sostenida aún parece distante.
La preocupación dentro del ámbito informal es palpable, ya que la actual coyuntura económica se percibe como más adversa que en periodos anteriores. A pesar de las dificultades, la actividad persiste, aunque con una constante incorporación de nuevos miembros, impulsada por los elevados índices de desempleo. Aunque existía una esperanza inicial en la capacidad de las nuevas administraciones para revertir este panorama, se reconoce que las soluciones a esta crisis no se materializarán a corto plazo. Los datos recientes del censo confirman un alarmante incremento del desempleo en Tarija, triplicando sus niveles y forzando a miles de individuos a buscar sustento en la economía informal.
Esta dinámica ha transformado localidades como Bermejo, tradicionalmente un vibrante eje de intercambio transfronterizo con Argentina, en puntos de convergencia para individuos de diversas regiones que buscan oportunidades en el comercio no estructurado, evidenciando la magnitud del desplazamiento laboral.
La severidad de esta situación económica ha sumido a un considerable número de hogares en la pobreza extrema. Innumerables familias luchan diariamente por cubrir sus necesidades básicas, mientras que una proporción significativa enfrenta el peso de obligaciones financieras bancarias que no pueden honrar. Ante este escenario, la migración laboral al extranjero emerge como una opción cada vez más considerada, con el propósito de generar remesas que permitan saldar las deudas acumuladas en el país.
En este contexto, se ha subrayado la relevancia de la propuesta legislativa sobre el diferimiento de créditos, actualmente en discusión en la Cámara Alta. La promulgación de esta normativa se percibe como un alivio crucial para el sector, ofreciendo un indispensable periodo de gracia frente a la creciente presión de los compromisos crediticios.
Un indicativo visible de esta realidad es el auge del comercio de indumentaria de segunda mano y la proliferación de ferias en diversos barrios y mercados. Este fenómeno, si bien refleja una estrategia de subsistencia, contrasta con la aspiración de fomentar un espíritu emprendedor que impulse la producción local y la manufactura de bienes propios.
El horizonte para el próximo año se presenta incierto para los trabajadores por cuenta propia. Mientras no se observe una revitalización económica sustancial y el desempleo continúe impulsando a vastos segmentos de la población hacia la informalidad, las perspectivas para este sector se tornan progresivamente más desafiantes