El departamento enfrenta una creciente preocupación por la escasez de ciertos medicamentos, una situación que, según informes del Servicio Departamental de Salud (Sedes), no se atribuye a una falta de provisión general en el país. Más bien, el problema radica en los elevados costos de adquisición y las significativas barreras que encuentran las farmacias para obtener los insumos necesarios de las distribuidoras.

Esta dinámica se ve exacerbada por las políticas comerciales de las distribuidoras, que a menudo implementan ofertas que benefician a un segmento reducido del mercado farmacéutico. Esta práctica deja a la mayoría de los establecimientos con serias dificultades para reponer sus existencias, generando un desabastecimiento parcial pero persistente de fármacos esenciales.

A pesar de los intentos por establecer un diálogo constructivo, las directivas de las empresas distribuidoras no han respondido a las invitaciones para abordar esta problemática. Las autoridades sanitarias tienen previsto reiterar estas convocatorias y, de ser necesario, contemplan la posibilidad de incluir a representantes de laboratorios nacionales en futuras mesas de trabajo, con el fin de explorar alternativas y soluciones conjuntas.

En cuanto al origen de los medicamentos, una gran proporción de los fármacos que ingresan al territorio nacional proviene de industrias chinas e indias, principalmente por su competitividad en precios. A esto se suma la producción farmacéutica local, que también ofrece productos de buena calidad y accesibles, aunque su capacidad actual aún no es suficiente para cubrir la totalidad de la demanda existente.

La situación es particularmente crítica en el caso de medicamentos destinados a tratamientos de enfermedades renales y oncológicas. La disponibilidad de estos fármacos es extremadamente limitada en las farmacias, y una parte considerable de ellos es reservada por los hospitales para el uso exclusivo de sus pacientes internos, lo que restringe aún más el acceso público.

Este déficit no solo impacta a las farmacias de carácter privado, sino que también afecta a las farmacias institucionales. Se subraya la urgencia de que todos los actores involucrados en la cadena de suministro y distribución de medicamentos logren una concertación efectiva para garantizar el acceso universal a estos insumos vitales

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