Las autoridades bolivianas han iniciado formalmente el proceso de extradición de Juan José Sant’Anna Trinidad, un exsacerdote salesiano recientemente aprehendido en Uruguay, tras permanecer prófugo de la justicia por diecisiete años. La coordinación entre la Fiscalía General del Estado y la Cancillería es fundamental para este trámite.
El individuo enfrenta graves acusaciones de abuso sexual contra al menos una treintena de menores de edad. Estos crímenes habrían ocurrido entre los años 2005 y 2007, en un centro de acogida salesiano ubicado en el municipio de Tapacarí, en el departamento de Cochabamba.
El Fiscal General del Estado ha asegurado que se están siguiendo rigurosamente los procedimientos establecidos por la normativa vigente. El objetivo primordial es que el imputado sea presentado ante la justicia boliviana para que responda por los delitos que se le atribuyen. La Dirección Nacional de Asuntos Jurídicos de la Fiscalía General, en conjunto con la Cancillería y otras entidades, está garantizando el cumplimiento de todas las leyes pertinentes para determinar la responsabilidad penal del acusado.
La captura de Sant’Anna en territorio uruguayo fue posible gracias a la emisión de una notificación roja por parte de Interpol, activada la semana pasada y con validez en 196 países. Tras su detención, las autoridades judiciales de Uruguay concedieron un plazo de cuarenta días al Estado boliviano para formalizar la solicitud de extradición.
El Ministerio Público ha reiterado su compromiso de colaborar activamente con todas las autoridades involucradas para asegurar que el exsacerdote sea puesto a disposición de un tribunal. Si bien algunos aspectos logísticos del traslado escapan a las competencias directas de la Fiscalía, la institución mantendrá una participación activa en todo lo que le corresponda.
Juan José Sant’Anna Trinidad, de nacionalidad uruguaya, llegó a Bolivia en 2005, a la edad de 36 años. Fue designado como responsable del sector masculino del internado salesiano en Tapacarí, una localidad rural de Cochabamba. Este establecimiento albergaba a aproximadamente 72 niños de origen quechua, con edades comprendidas entre los 8 y 17 años, muchos de ellos en situación de vulnerabilidad. Las investigaciones indican que, durante su permanencia, el entonces sacerdote habría perpetrado múltiples agresiones sexuales contra los menores. Las primeras denuncias sobre estos hechos fueron presentadas en su momento ante el entonces arzobispo Tito Solari, y se cuenta con testimonios de testigos.
Sant’Anna permaneció en la clandestinidad por más de una década, hasta su reciente localización y detención en la residencia de sus progenitores en Uruguay. Con el proceso de extradición ya en curso, las autoridades bolivianas confían en que el imputado comparezca ante un tribunal para enfrentar los cargos que se le imputan