La racha adversa del Liverpool se extiende a cuatro derrotas consecutivas, evidenciando un momento de forma preocupante. El reciente encuentro contra el Brentford en Anfield sirvió como un crudo recordatorio de que la contundente victoria intersemanal frente al Eintracht Fráncfort fue apenas un espejismo en medio de un período desafiante, a tan solo diez días de recibir al Real Madrid.
El conjunto local, conocido como los ‘Bees’, desplegó una actuación sobresaliente, dominando al Liverpool con una superioridad que bien pudo haberse traducido en un marcador aún más abultado. Aprovechando sus puntos fuertes, como la eficacia en los saques de banda –un método por el que han anotado más goles que cualquier otro equipo– y la velocidad en sus transiciones, los dirigidos por Keith Andrews desmantelaron la estructura de un equipo de Arne Slot que exhibe una desconcertante falta de cohesión, impropia de un campeón.
Las estadísticas individuales reflejan parte de la problemática: Mohamed Salah y Florian Wirtz sumaron un total de treinta pérdidas de posesión. Milos Kerkez, quien deslumbró la temporada pasada bajo la dirección de Andoni Iraola, parece una sombra de aquel jugador, y hasta Virgil Van Dijk mostró fallos en la anticipación, cometiendo un penalti y arriesgándose a otro por una acción con el codo. La ausencia de Ryan Gravenberch, considerado el motor del equipo, agrava aún más el panorama, mientras que Alexander Isak se salvó de la crítica gracias a su lesión.
El Brentford, que ha capitalizado ocho tantos de saques de banda desde el inicio de la campaña anterior, inauguró el marcador precisamente por esta vía. Un balón largo al área, prolongado en el primer palo, fue cazado por Dango Ouattara, otro talento surgido de la escuela de Iraola, quien superó a Mamardashvili.
Lejos de servir como un revulsivo para los ‘Reds’, el gol inicial impulsó al Brentford. Al borde del descanso, en el minuto 45, el equipo local amplió su ventaja a 2-0 tras una pérdida de balón de Hugo Ekitike en tres cuartos de campo y una asistencia magistral de Damsgaard. El pase del noruego habilitó a Kevin Schade, quien superó en velocidad a Konaté y definió con facilidad ante un Mamardashvili ya superado.
La única chispa de esperanza para el Liverpool llegó en el tiempo añadido de la primera mitad. Con la afición local manifestando su descontento hacia el árbitro Simon Hooper, este extendió el juego un minuto más, momento que Kerkez aprovechó para empujar un centro de Conor Bradley en el segundo palo, inyectando emoción al inicio de la segunda parte.
Sin embargo, la intervención del VAR cambió el curso del partido. Tim Robinson, el cuarto árbitro que reemplazó a Hooper tras una lesión en el descanso, señaló una falta de Van Dijk sobre Ouattara al borde del área. El juego se detuvo varios minutos mientras el VAR revisaba si la infracción había ocurrido dentro o fuera, determinando finalmente que fue justo sobre la línea.
Igor Thiago, merecedor de un gol por su desempeño, no falló desde los once metros, colocando al Liverpool en una situación extremadamente delicada. La cuarta derrota consecutiva en liga se materializaba. La estrategia de Slot de introducir a todos sus atacantes en busca de un milagro no rindió frutos. Solo en el minuto 88, tras un despiste de Ajer, Szoboszlai recuperó el balón y centró para que Salah, controlando con el pecho, definiera en la escuadra. El gol del egipcio puso fin a una sequía de seis partidos sin marcar.
La sensación general que proyecta el Liverpool es de una preocupante resignación, como si hubieran olvidado los principios que los llevaron a la gloria. En la presente temporada, una Premier League a medio gas no será suficiente. El Arsenal cuenta con una plantilla robusta para afrontar las lesiones, y el Manchester City ha recuperado su solidez. Con el nivel actual, el Liverpool podría verse obligado a conformarse con una plaza en la Liga de Campeones.
Actualmente, ocupan la sexta posición con quince puntos, a uno del Manchester United, que es cuarto. Su calendario inmediato incluye un encuentro contra el Crystal Palace en la Copa de la Liga, el Aston Villa en Premier y el Real Madrid en Champions. Por su parte, el Brentford se sitúa décimo con trece puntos, confirmando un excelente arranque de temporada a pesar de las importantes salidas de Thomas Frank, Bryan Mbeumo y Christian Norgaard en verano
