La Moneda del Bicentenario, una pieza conmemorativa que honra los 200 años de independencia de Bolivia, fue presentada recientemente en la ciudad de Potosí. Esta moneda de colección incorpora diversos símbolos representativos del país, como el Escudo Nacional que refleja a las nueve regiones, el emblemático Cerro Rico, el Salar de Uyuni, las estrellas bordadas en las monteras de una nación indígena y un diseño inspirado en el repulgue de la tradicional salteña.
Esta iniciativa surgió de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí y contó con el apoyo de la Gobernación local y la cooperación internacional para su acuñación. El especialista en numismática e historia, Daniel Oropeza, destacó que la moneda constituye una construcción cultural e histórica que aborda aspectos fundamentales de la identidad boliviana.
La presentación tuvo lugar en el salón de la Gobernación, un espacio con valor histórico, ya que fue allí donde hace dos siglos se entregaron las primeras monedas tras la proclamación de Bolivia como república independiente. La moneda está fabricada en plata alpaca, una aleación de cobre, níquel y zinc que le confiere dureza, peso y un color dorado distintivo. Posee un diámetro de 55 milímetros y un peso de 1.7 onzas, y fue diseñada por Oropeza. Su precio es de 500 bolivianos.
En el anverso, el Escudo Nacional aparece sobre un fondo que reproduce las formas hexagonales del Salar de Uyuni, un símbolo que representa tres aspectos clave para el desarrollo del país: el turismo, el valor paisajístico y cultural, y el potencial industrial del litio en el futuro. Además, se incluyen las estrellas que forman parte de las monteras del traje ritual de los Qhara Qhara, una de las naciones indígenas de Bolivia.
El reverso muestra la imagen del Cerro Rico de Potosí, conocido como el “Coloso de plata”, que fue durante siglos la principal fuente de riqueza minera, aportando aproximadamente el 70% de la plata mundial en los siglos XVI y XVII. Este símbolo es fundamental para la historia y la formación de Bolivia, ya que la lucha por el control de Potosí fue central en el proceso de independencia.
Rodeando la imagen del Cerro Rico, un cordón decorativo inspirado en el repulgue de la salteña envuelve la moneda tanto en el anverso como en el reverso. Este diseño sin principio ni fin simboliza la unidad nacional y la colaboración entre los bolivianos para alcanzar sus objetivos comunes, según explicó Oropeza.
La acuñación de esta pieza se realizó en Brasil mediante un proyecto de cooperación internacional, dado que Bolivia no dispone actualmente de la tecnología necesaria para fabricar monedas. Esta moneda del bicentenario representa así un homenaje tangible a la historia, cultura y unidad del país, destinada a coleccionistas y ciudadanos que valoran su legado nacional
