Víctor Hugo Andrada concluyó su etapa al frente de Oriente Petrolero con una derrota que profundiza la crisis tanto en el ámbito dirigencial como en el deportivo del club. El entrenador asumió el cargo en noviembre, tras la salida de Álvaro Peña, con la tarea de mejorar la complicada situación que atraviesa el equipo, pero no logró revertir la tendencia negativa.

La llegada de Andrada evidenció nuevamente la inestabilidad que caracteriza a la institución. Durante la misma temporada, el club tuvo cinco entrenadores diferentes, reflejando la falta de un proyecto deportivo sólido y coherente. En paralelo, el regreso de Ronald Raldes a la presidencia generó división entre los seguidores, algunos de los cuales manifestaron su descontento con esta decisión.

Con un contrato vigente hasta el cierre del torneo, Andrada dirigió seis encuentros, obteniendo únicamente una victoria destacada: el clásico contra Blooming, que terminó 3-1 a favor de Oriente Petrolero en el estadio Real Santa Cruz. A pesar de su compromiso y la intención de llevar al equipo a competencias internacionales, los resultados no se alinearon con las expectativas y la temporada finalizó de manera insatisfactoria.

El equipo terminó ubicado en la posición 11 con 33 puntos, sin lograr clasificar a torneos internacionales, dejando una deuda pendiente con su afición debido al bajo rendimiento mostrado. La continuidad de Andrada en el club permanece en duda, y ahora queda en manos de la dirigencia definir su futuro tras una campaña que no cumplió con los objetivos planteados

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