La crisis en la atención de pacientes que requieren hemodiálisis en Tarija ha alcanzado niveles alarmantes debido a la saturación de los servicios y la escasez de personal especializado. El director del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Nils Casson, informó que la capacidad para recibir nuevos pacientes está completamente agotada, lo que afecta a una población especialmente vulnerable.

Casson señaló que la dependencia de autorizaciones desde la sede central del Ministerio de Salud en La Paz dificulta una respuesta oportuna ante esta emergencia sanitaria. Consideró inviable que los pacientes tengan que esperar hasta el inicio del próximo año para acceder a tratamientos necesarios, por lo que urgió a implementar soluciones inmediatas.

El colapso afecta tanto a los centros privados con convenio, como al Hospital San Juan de Dios y la sala de San Andrés, administrada por la Alcaldía, ninguno de los cuales puede absorber nuevos casos. La problemática se extiende a pacientes provenientes de localidades como Villa Montes, Yacuiba y Bermejo, quienes deben trasladarse hasta Tarija varias veces por semana, exponiéndose a riesgos y enfrentando elevados costos de transporte.

Durante una visita a Villa Montes, Casson constató que dicho municipio no ha recibido recursos para insumos y personal desde hace más de un año y medio, acumulando una deuda que supera el millón y medio de bolivianos. Esta falta de financiamiento impide ampliar la capacidad de atención local y contribuye al colapso generalizado.

Ante esta situación, el Sedes ha solicitado reuniones con la responsable del Programa Renal del Ministerio de Salud para presentar un informe detallado sobre la crisis, sin obtener respuesta hasta el momento. El director advirtió que la falta de atención adecuada podría llevar a que los pacientes renales manifiesten su descontento debido al riesgo que enfrentan sus vidas.

La gravedad del problema fue confirmada por Karina Soruco, representante del Consejo Seccional de Salud, quien informó que en Villa Montes existen cupos disponibles para tres pacientes, pero la Alcaldía no autoriza su ingreso por falta de recursos. Actualmente, se atiende a 17 personas con enfermedades renales en esa localidad, mientras que ocho pacientes continúan en lista de espera desde hace más de cinco meses.

Ante la imposibilidad de recibir tratamiento localmente, estos pacientes deben desplazarse a Tarija para acceder a la hemodiálisis, lo que ha generado situaciones críticas, incluyendo la necesidad de empeñar documentos y contraer deudas para cubrir los gastos. Soruco criticó la falta de sensibilidad de las autoridades municipales frente a esta realidad.

Por su parte, el director municipal de Salud, Dany Jarro, explicó que la apertura de un nuevo turno para hemodiálisis no es factible debido a la insuficiencia de recursos económicos, deudas acumuladas y la prioridad de mantener la atención a los pacientes actuales. Precisó que el Ministerio de Salud adeuda al municipio más de un millón y medio de bolivianos correspondientes a los años 2024 y 2025.

Jarro también señaló que para ampliar la atención a los ocho pacientes en espera se requieren insumos y personal especializado, recursos que no están disponibles actualmente. En este contexto, la continuidad y ampliación del servicio de hemodiálisis se ven comprometidas por la falta de financiamiento, dejando a numerosos pacientes en una situación crítica

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