La realidad es que, para contar con recursos que permitan financiar obras y servicios públicos, los impuestos son desafortunadamente la única manera. Para incentivar el pago de impuestos y expansionar el padrón de contribuyentes, el Estado debe bajar impuestos, permitir la competencia fiscal interna y proveyer seguridad jurídica. La situación en Bolivia es todavía complicada, según el especialista en temas fiscales, Martín Litwak, por la inestabilidad política y la creación de nuevos impuestos como el Impuesto a las Grandes Fortunas, los cuales desincentivan el ahorro, la inversión, la competitividad y el trabajo. ¿Será la dolarización o el bimonetarismo la solución para mejorar?

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