Mientras las llamas continúan devorando miles de hectáreas de bosque en el municipio de Roboré y las comunidades locales claman por ayuda, el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, insiste en que la situación está “controlada”. Asegura que desde la intervención de las Fuerzas Armadas, los incendios están siendo enfocados y que, aunque persisten, ya no revisten gravedad. Sin embargo, los testimonios de los pobladores y las imágenes que muestran la magnitud del desastre contradicen sus declaraciones. Se han suspendido operaciones de trenes y el tránsito en la carretera Bioceánica debido al avance sin control de las llamas.

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