Said Guerrero, líder del sector agrícola en Cercado, ha expresado su preocupación por la grave situación que atraviesa la agricultura en Tarija. La escasez de diésel, combinada con el aumento de los precios de insumos agrícolas, está poniendo en riesgo tanto la producción de alimentos como la seguridad alimentaria en la región.
Guerrero describió el proceso de conseguir diésel como una peregrinación para los productores. Las largas filas en las estaciones de servicio son una constante, donde camiones y flotas esperan su turno. Sin embargo, la situación es más crítica para aquellos que dependen de tractores, quienes deben esperar desde la madrugada para obtener una cantidad de combustible que apenas cubre sus necesidades diarias.
Particularmente en la provincia Arce, donde los agricultores cultivan grandes extensiones de tierra, la falta de diésel se vuelve aún más problemática. Guerrero señaló que en estas áreas, los tractores requieren entre 400 y 500 litros de diésel al día para funcionar adecuadamente, lo que dificulta enormemente las labores agrícolas.
El dirigente subrayó que los propietarios de tractores no están acumulando riqueza, sino que ofrecen un servicio vital para la comunidad agrícola. Guerrero propuso realizar un censo de los tractores en las comunidades para evidenciar su importancia, destacando que un pequeño número de tractores puede atender no solo a una comunidad, sino a varias aledañas.
Guerrero también lamentó la falta de apoyo y solidaridad hacia el sector agrícola. Expresó su frustración ante la inacción de los líderes que deberían abogar por los intereses de los productores, quienes trabajan arduamente en el campo, desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde, para abastecer los mercados locales.
La crisis del combustible no es el único obstáculo. Guerrero advirtió que la producción se vuelve cada vez más insostenible debido a la crisis económica y el incremento de los precios de insumos. Esta situación ha alterado los ciclos agrícolas, impidiendo que los agricultores siembren a tiempo. Por ejemplo, mencionó que las papas debieron sembrarse a mediados de julio, pero la escasez de diésel ha impedido cualquier actividad de cultivo.
El líder agrícola también criticó las sugerencias de volver a métodos tradicionales, como el uso de yuntas, argumentando que quienes hacen tales afirmaciones no comprenden la realidad del trabajo agrícola moderno. En su opinión, estas declaraciones reflejan una desconexión con la labor que los agricultores realizan hoy en día.
Además de la escasez de combustible, el sector enfrenta un notable aumento en los costos de insumos. Guerrero apuntó que los precios de fertilizantes, abonos y semillas han alcanzado niveles exorbitantes, lo que ha suscitado sospechas de especulación por parte de las empresas agroquímicas.
Este escenario ha llevado a que muchos agricultores trabajen más por vocación que por rentabilidad. Guerrero mencionó que, si se presentara un análisis de costos, se evidenciaría que los campesinos están dedicados a su labor por pasión y no por la posibilidad de obtener beneficios económicos, dado que la producción se está volviendo cada vez más costosa y poco remunerativa.
Finalmente, el dirigente identificó tres factores que afectan negativamente al sector agrícola: la falta de combustible, el alto costo de insumos y el cambio climático. Estos desafíos, según Guerrero, son obstáculos significativos para el desarrollo del sector campesino en la región