El oncólogo Omar Almazán ha señalado que la situación relacionada con el cáncer infantil se vuelve cada vez más complicada, con un incremento constante en el número de diagnósticos. Según su informe, el hospital recibe anualmente entre 12 y 14 nuevos casos.
Aunque esta cifra pueda parecer moderada, oculta un desafío considerable, ya que el tratamiento de cada paciente pediátrico puede extenderse de uno a tres años. Esto significa que cada nuevo ingreso representa una carga adicional para el sistema de salud. Almazán explicó que la incorporación de un nuevo niño al tratamiento implica una presión continua sobre la unidad oncológica, que ya se encuentra en una situación de saturación.
El oncólogo hizo un llamado a las autoridades para que se fortalezcan los recursos de la unidad oncológica, describiendo la situación como una pequeña bola de nieve que va creciendo. Hizo hincapié en la necesidad de contar con una infraestructura adecuada y más amplia para enfrentar el aumento proyectado de casos en el futuro.
En cuanto a la procedencia de los pacientes, se ha notado una evolución en los últimos años. En el pasado, casi la mitad de los casos eran originarios de la región del Chaco, pero en tiempos recientes, la distribución se ha vuelto más equitativa. Almazán mencionó que ahora reciben pacientes de diversas localidades, incluyendo Cercado, San Lorenzo, Padcaya, Bermejo, Caraparí, Yacuiba y Villamontes, esta última siendo tradicionalmente una de las áreas con más referencias de cáncer infantil al hospital
