El domingo por la tarde, la ciudad de Tarija se vio azotada por una intensa tormenta que dejó caer 80 milímetros de lluvia en un lapso de apenas 45 minutos. Esta cantidad de precipitación equivale a la mitad del total que se registra en enero, el mes más lluvioso del calendario en la región. Las consecuencias fueron inmediatas, con inundaciones y desbordes que afectaron a varios barrios, entre ellos San Roque, Avaroa, Salamanca y Juan XXIII.
La lluvia, que llegó acompañada de granizo, provocó serios daños al arrastrar lodo, escombros y diversos desechos, lo que afectó tanto las calles como las viviendas de las áreas más impactadas, especialmente en la avenida Los Membrillos y el barrio Avaroa. A pesar de que se habían realizado trabajos de limpieza en las bocatormentas entre agosto y octubre para prevenir este tipo de situaciones, la acumulación de basura y los inflables de ferias obstaculizaron el drenaje del agua, como explicó el alcalde Johnny Torres. La obstrucción de estos desagües fue un factor determinante en la magnitud de las inundaciones.
Uno de los sectores más perjudicados fue el área del Tobogán, que se extendió desde la calle General Trigo hasta la calle Méndez. Para mitigar la emergencia, el personal municipal utilizó motobombas durante la noche con el objetivo de desalojar el agua de las viviendas afectadas. Torres subrayó la importancia de superar la crisis inmediata antes de realizar una evaluación más detallada en conjunto con la Unidad de Gestión de Riesgos.
En respuesta a la situación, más de 500 trabajadores de Ornato y EMAT fueron desplegados para limpiar el lodo acumulado en las zonas afectadas. Dos familias tuvieron que ser reubicadas en albergues municipales debido a los daños en sus pertenencias, aunque, afortunadamente, no se reportaron heridos.
El alcalde hizo un llamado a la comunidad para que tome conciencia sobre la importancia de no arrojar basura en los desagües, recordando que la acumulación de desechos puede tener consecuencias graves durante la temporada de lluvias. Además, Torres mencionó que la escasez de combustible, tanto diésel como gasolina, está complicando las labores de limpieza y atención a la emergencia, aunque el Municipio está haciendo esfuerzos por atender la situación de la mejor manera posible