La siembra de arroz en el departamento de Beni enfrenta un desafío significativo debido a la falta de diésel, lo que pone en riesgo el objetivo de alcanzar al menos 70 mil hectáreas plantadas antes de mediados de diciembre. Hasta el momento, se han sembrado alrededor de 40 mil hectáreas, quedando 30 mil por completar, lo que debería haberse finalizado a esta altura del año.
Fernando Romero, quien preside la Asociación de Productores de Oleaginosas de Beni, que también representa a los cultivadores de arroz, ha señalado que el gremio está considerando la posibilidad de importar diésel de Brasil o Paraguay, en virtud del Decreto Supremo 5271, para poder cumplir con la siembra a tiempo.
Romero destacó que Beni se ha consolidado como el principal productor de arroz del país, especialmente tras la drástica reducción de la producción en Santa Cruz, que ha caído a la mitad debido a la sequía. El arroz, que requiere un ambiente húmedo para su cultivo, se beneficia de las condiciones climáticas de Beni.
La cosecha en esta región está prevista para los meses de febrero y marzo, y se espera que, si se logra sembrar la totalidad de las hectáreas planificadas, los precios del arroz puedan experimentar una disminución. Actualmente, en los mercados de Santa Cruz, el precio del kilo de arroz de segunda oscila entre 10 y 15 bolivianos, un aumento considerable desde los 7 bolivianos que se registraban a principios de año. Romero explicó que esta situación es una clara manifestación de la ley de oferta y demanda: los precios tienden a subir cuando hay escasez y a bajar en caso de exceso de producto.
Además, el dirigente ha señalado la ausencia de infraestructura adecuada en Beni para el procesamiento del arroz, como silos y plantas de secado o empaquetado, lo que obliga a los productores a trasladar el grano hasta Montero, en Santa Cruz, para su procesamiento. Esta situación complica aún más el panorama para los agricultores de la región
