La Nochebuena de este año marcará el inicio de un evento significativo para los más de 1.400 millones de católicos en el mundo: el Jubileo de 2025. Este acontecimiento, que se celebra cada cierto tiempo, comenzará con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, dando paso a un Año Santo que se extenderá hasta el 6 de enero de 2026, bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, como lo ha anunciado el papa Francisco.
Un Jubileo es un periodo especial en el calendario litúrgico que tiene raíces bíblicas y se remonta a la tradición judía. Según el libro de Levítico, Dios instruyó a Moisés que el año 50 debía ser un Año Santo, donde se proclamaba una amnistía para todos los habitantes, permitiendo la liberación de deudas, la restitución de propiedades y el regreso de los esclavos a sus familias. Este concepto se ha transformado a lo largo de los siglos, pero su esencia de renovación y reconciliación se mantiene.
La palabra Jubileo proviene del hebreo yobel, que hace referencia a un cuerno de carnero utilizado en ceremonias religiosas. En la tradición judía, este periodo no solo tenía implicaciones espirituales, sino también materiales, proporcionando una oportunidad para restaurar la justicia social y económica dentro de la comunidad.
La Iglesia católica adoptó esta práctica en el siglo XIV, cuando el papa Bonifacio VIII convocó el primer Jubileo universal en 1300, inspirándose en las enseñanzas de Jesús sobre la liberación y el perdón. Desde entonces, los jubileos se han celebrado de manera regular, aunque su frecuencia ha variado a lo largo de la historia. La normativa actual establece que estos eventos se realicen cada 25 años, aunque el papa tiene la autoridad para convocar jubileos extraordinarios en cualquier momento.
El próximo Jubileo comenzará formalmente en la víspera de Navidad, una elección que se alinea con la importancia de esta festividad en el calendario cristiano. La apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro es un ritual simbólico que marca el inicio de este periodo sagrado. Además, se abrirán puertas similares en otras basílicas de Roma, permitiendo a los fieles cruzarlas como un acto de devoción y búsqueda de indulgencia.
Una novedad en esta ocasión es la inclusión de una Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia, un gesto del papa Francisco que busca visibilizar la situación de los presos y abogar por sus derechos humanos. Este acto subraya la intención del Jubileo de ser un tiempo de inclusión y compasión.
Durante el Jubileo, se espera que millones de peregrinos visiten Roma, donde se les anima a participar en diversas actividades religiosas y a buscar el perdón. Aunque la peregrinación a la ciudad eterna es un elemento central, el papa ha asegurado que aquellos que no puedan viajar también podrán recibir la indulgencia en sus comunidades locales.
Este Jubileo no solo es una oportunidad para la reflexión y el perdón, sino que también anticipa el próximo Año Santo que se celebrará en 2033, con motivo de los 2.000 años de la muerte y resurrección de Jesús. La historia de los jubileos refleja la evolución de la fe y la esperanza en la comunidad católica, uniendo a los creyentes en su búsqueda de redención y paz