La Feria Nacional Vitivinícola ha dado inicio en Camargo, Chuquisaca, un evento que se extenderá hasta el próximo domingo y que reúne a productores de todo el país. Este encuentro es fundamental para el sector vitivinícola, ya que Tarija y Camargo concentran el 88% de la producción de uva en Bolivia, abarcando diversas variedades.
Judith Tito, directora ejecutiva de la feria, destacó la importancia de este evento, que no solo celebra la producción local, sino que también enfrenta desafíos significativos. Entre estos, el cambio climático se ha convertido en una preocupación creciente, afectando tanto la producción como la exposición de las diferentes variedades de uva. Tito enfatizó la necesidad de implementar estrategias de resiliencia para adaptarse a estas condiciones cambiantes.
A pesar de contar con la Ley Nacional 774, que regula aspectos relacionados con la uva, el vino y el singani, el sector vitivinícola enfrenta una falta de políticas públicas efectivas que apoyen su desarrollo. La directora señaló que muchas de las instancias creadas por esta legislación están inactivas y carecen de presupuesto, lo que limita el potencial de crecimiento del sector en todo el país.
Además, subrayó la importancia de que las gobernaciones y los municipios trabajen en conjunto para establecer políticas de riego y desarrollo productivo. Aunque existen empresas exitosas y nuevos emprendimientos en el ámbito vitivinícola, los obstáculos persisten debido a la falta de incentivos y apoyo institucional.
Judith Tito también mencionó que la producción de uva no debería limitarse únicamente a los valles, ya que hay potencial para cultivar en altitudes más elevadas, similar a lo que ocurre en otras partes del mundo. Esto podría abrir nuevas oportunidades para la producción de variedades únicas de uva.
La feria, que reúne a 32 municipios productores de seis departamentos, excluyendo Oruro, Beni y Pando, es un evento nacional que se organiza cada tres años desde 1963. Durante la feria, se exhiben vinos y singanis de diversas regiones, y se llevan a cabo actividades académicas, exposiciones gastronómicas y artesanales, así como un concurso de cata a ciegas, donde se premian los mejores productos con medallas de oro, plata y bronce, evaluados por jurados tanto nacionales como internacionales