Una pareja de adultos mayores, de 65 y 67 años, fue rescatada tras quedar atrapada en medio de una inundación provocada por el desborde de una quebrada en Achira, una comunidad del municipio de Samaipata. Los rescatistas utilizaron una manguera para asegurar a los esposos, quienes fueron sostenidos por su hijo mientras eran evacuados. La riada sorprendió a los habitantes, quienes en algunos casos tuvieron que buscar refugio en los techos de sus viviendas debido a que el agua impedía abrir las puertas.

El desbordamiento causó daños significativos, incluyendo el colapso de varias casas y la explosión de transformadores eléctricos, lo que dejó a la zona sin energía y sumida en la oscuridad. El hijo de la pareja afectada relató que, aunque se encontraba en Samaipata, intentó comunicarse con sus padres al notar que las lluvias persistían durante su viaje. Finalmente, su madre le informó que el agua estaba ingresando a su hogar.

Al llegar a Achira, el hombre ayudó a sus padres a sacar el agua y limpiar el piso, pero en cuestión de segundos la inundación volvió a ingresar a la vivienda. Ante la gravedad de la situación, les indicó que abandonaran la casa. Intentaron desconectar los electrodomésticos, pero muchos ya flotaban debido al nivel del agua. La rápida llegada de piedras, troncos y otros escombros aumentó el peligro, junto con el estallido de cables eléctricos.

La lluvia comenzó alrededor de la medianoche y continuó durante la madrugada, obligando a los residentes a salir con la ropa mojada y enfrentar calles convertidas en ríos. Vecinos colaboraron en las labores de rescate, utilizando una manguera para ayudar a evacuar a las personas atrapadas, incluyendo niños que tuvieron que salir por los techos. La situación generó momentos de desesperación, con el colapso de viviendas y la interrupción del suministro eléctrico.

La vivienda de la pareja quedó completamente inundada, con el agua alcanzando el nivel de las puertas, y no fue posible salvar pertenencias. Sin embargo, la prioridad fue la seguridad de las personas, quienes se trasladaron a una casa cercana para resguardarse. La presión del agua dificultó incluso la apertura de las puertas durante la evacuación.

Habitantes de mayor edad señalaron que no recuerdan una inundación de tal magnitud desde la ocurrida en 1983. La corriente arrastró troncos, piedras y hasta un vehículo, causando daños severos en la comunidad. La ayuda comenzó a llegar alrededor de las 3:00 de la madrugada, cuando la Alcaldía movilizó maquinaria para despejar caminos y facilitar el drenaje de las vías afectadas.

Durante la mañana, el nivel del agua disminuyó, aunque la quebrada dejó acumulados árboles, rocas y vehículos obstruyendo las calles. En Achira residen aproximadamente 80 familias, aunque no todas sufrieron daños por la riada. Los vecinos permanecieron en casas no afectadas, compartiendo recursos y organizando ollas comunes para apoyar a los damnificados mientras se recuperan de esta emergencia

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Federico Enrique
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