La participación del City en el Mundial de Clubes concluyó con un revés significativo en la prórroga, al ceder ante un Al Hilal que exhibió una notable determinación. Este resultado se suma a una serie de encuentros desafiantes para el equipo, que no logra encontrar la estabilidad deseada a pesar de las cuantiosas inversiones realizadas durante el verano.
El encuentro, disputado en Orlando, comenzó con un City que mostraba una faceta ofensiva y desinhibida. La incursión de Reijnders aportó fluidez y elegancia al mediocampo, combinando eficacia defensiva con resolución en ataque. Junto a Aït-Nouri, quien brilló nuevamente por su desempeño, orquestaron una jugada por la banda izquierda que culminó en el gol de Bernardo. La acción, sin embargo, estuvo marcada por una serie de rebotes, incluyendo un contacto con la mano de Aït-Nouri que pasó inadvertido para el cuerpo arbitral y el VAR.
El Al Hilal, por su parte, acusó el impacto inicial, pero supo mantener la compostura. El conjunto saudí, bajo la dirección técnica de Simone Inzaghi, implementó una estrategia de contención con una línea de tres centrales, destacando la presencia de Rúben Neves, y buscando balones largos para superar la presión adversaria. A pesar de la ofensiva del City, el portero Bono se erigió como la figura más sobresaliente del partido, frustrando múltiples oportunidades de gol.
Tras el descanso, el Al Hilal transformó por completo el panorama del encuentro. Con el respaldo de una nutrida y fervorosa afición que se desplazó a Orlando, el equipo saudí salió con renovado ímpetu. Marcos Leonardo, con un doblete, se erigió como una figura central en la gesta del Al Hilal, anotando el primer tanto poco después de la reanudación. Posteriormente, Malcom amplió la ventaja, sumiendo al City en una situación de profunda incertidumbre.
Ante la adversidad, el técnico del City, activó cambios con urgencia, incluyendo la entrada de Rodri, un movimiento que buscaba restablecer el equilibrio en el mediocampo. Si bien la presencia del centrocampista aportó orden, el equipo se encontraba al límite, fuera de su zona de confort. Un rápido empate de Haaland, tras un saque de esquina, devolvió la esperanza, pero el partido se había convertido en un intercambio frenético de golpes, un escenario que no favorecía al City.
La calma que Rodri intentó infundir permitió al City generar nuevas ocasiones, siendo la más clara un remate de Haaland que un defensor desvió sobre la línea de gol, evitando lo que parecía el tanto de la clasificación. La tensión era palpable, con el City sufriendo en cada contragolpe saudí. Sin un respiro para ninguno de los contendientes, y con uno de los grandes favoritos visiblemente afectado, el partido se extendió a la prórroga.
En el tiempo extra, con Cherki y Marmoush en el campo y la sorprendente decisión de prescindir de Haaland, el City se vio forzado a asumir riesgos. La situación se agravó cuando Koulibaly marcó en un córner, volviendo a colocar al Al Hilal en ventaja. Con poco tiempo restante y la sombra de la eliminación cerniéndose, el caos se apoderó del juego. No obstante, en medio de la anarquía, Cherki recuperó un balón y asistió a Foden, quien logró igualar el marcador en una acción que parecía inalcanzable, aunque no fue suficiente para evitar la eliminación