Un reciente informe de la Contraloría General del Estado ha puesto de manifiesto preocupantes niveles de contaminación en el río Guadalquivir y sus afluentes, revelando que las aguas en los sectores más afectados se clasifican en categorías C y D, lo que implica que no son aptas para el consumo humano ni para el riego.

El estudio evaluó doce parámetros, entre los cuales se incluyen la temperatura del agua, el oxígeno disuelto, y la presencia de compuestos como fosfatos, nitratos, nitritos, hierro, cobre y coliformes fecales. Las muestras fueron tomadas en seis áreas clave de los municipios aledaños al río, como Cercado, San Lorenzo, Uriondo y Padcaya.

Marcela Guerrero, concejal de Cercado, expresó su alarma ante los resultados, subrayando el impacto negativo que esta contaminación tiene sobre la salud pública y la biodiversidad acuática, lo que ha llevado a una notable mortandad de peces. Guerrero destacó la preocupante concentración de nitritos y nitratos en el sector del Temporal, advirtiendo que la exposición a estas sustancias puede causar graves problemas de salud, incluyendo dolores de cabeza y vómitos, e incluso poner en riesgo la vida de quienes consumen alimentos irrigados con estas aguas contaminadas.

Además, la concejal mencionó que actividades como la extracción de áridos, el lavado de vehículos y el vertido de desechos animales en el río, junto con el uso de agroquímicos, contribuyen a la acumulación de residuos contaminantes. También hizo hincapié en el aumento de la temperatura del agua, lo que reduce los niveles de oxígeno y afecta la capacidad del ecosistema acuático para recuperarse.

Los puntos más críticos de contaminación se localizan en diversas áreas, incluidos el barrio El Temporal, el barrio Petrolero y la comunidad de Tolomosa en Cercado, así como en Tomatitas, Santa Ana, Ancón Chico y El Angosto en Uriondo y Padcaya. Los altos niveles de coliformes fecales indican la presencia de aguas residuales y desechos humanos en el río.

El informe concluye que las aguas del Guadalquivir superan los límites establecidos, lo que implica que su uso sin un tratamiento previo es peligroso, especialmente para los niños. Guerrero subrayó la necesidad de que las autoridades tomen medidas inmediatas en respuesta a estos hallazgos.

La Contraloría ha emitido varias recomendaciones para abordar esta situación, que incluyen la difusión del informe en los municipios, la regulación de actividades contaminantes, y la implementación de micro plantas de tratamiento de aguas residuales. En particular, se ha instado a que el gobierno local garantice el funcionamiento completo de la planta de tratamiento de San Blas y busque financiamiento para la construcción de una macro planta de tratamiento.

Guerrero enfatizó que estas recomendaciones deben ser consideradas de manera prioritaria por las autoridades, aunque ha observado que no se han realizado avances significativos desde informes anteriores, y que la contaminación sigue en aumento en las áreas más críticas.

En un esfuerzo por mitigar esta problemática, el municipio de Cercado ha comenzado a implementar una planta de tratamiento para los desechos del matadero municipal, que anteriormente se vertían directamente en el río. Este proyecto ha sido financiado en parte por un programa específico. Para el presente año, se prevé la construcción de tres micro plantas de tratamiento en diferentes distritos, incluyendo el distrito 13, así como en las comunidades de San Jacinto y otros sectores

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