La selección alemana enfrentó una noche complicada, donde pocos de sus planteamientos tácticos o individuales rindieron el fruto esperado. Jugadores clave como Florian Wirtz, Nick Woltemade y Serge Gnabry no lograron exhibir su habitual nivel, resultando en una ofensiva con escasa capacidad de generación y una retaguardia que se vio constantemente comprometida.

Desde los primeros compases del encuentro, Eslovaquia impuso su ritmo, aplicando una presión elevada que impidió a los dirigidos por Julian Nagelsmann desarrollar su juego de pases cerca del área. Cuando recuperaban el balón, los eslovacos se mostraron peligrosos, tanto en transiciones rápidas como en acciones a balón parado.

A pesar de que Alemania mantuvo una mayor posesión del esférico, este dominio resultó estéril, mientras que las oportunidades más claras recayeron del lado eslovaco. La primera situación de riesgo para la portería defendida por Oliver Baumann se produjo ya en el minuto 2, tras un saque de esquina. Posteriormente, Leo Sauer, quien puso en aprietos al novel defensor Nmandi Collins con sus incursiones por la banda izquierda, se encontró en dos ocasiones en un mano a mano con Baumann, en los minutos 21 y 23.

Alemania consiguió generar dos acciones puntuales de peligro: un potente remate de Maximilian Mittelstädt en el minuto 24, que Dubravka desvió a saque de esquina, y otro disparo de Wirtz, originado tras una recuperación del esférico por parte de Angelo Stiller en campo contrario.

No obstante, la propuesta eslovaca exhibió mayor coherencia y eficacia. Su plan parecía funcionar a la perfección, mientras que la estrategia alemana de proyectar a sus laterales, Mittelstädt y Collins, a posiciones casi ofensivas, dejó amplios espacios que Eslovaquia explotó con sus contragolpes.

El marcador se abrió en el minuto 24 a favor de Eslovaquia, con un gol de David Hancko, quien ejecutó un disparo certero desde el interior del área tras un envío raso de Strelec desde la izquierda. La jugada se había iniciado con un despojo del esférico a Wirtz cerca de la línea central.

Al inicio de la segunda mitad, Alemania insinuó una respuesta. En el minuto 48, Leo Goretzka dispuso de una clara oportunidad, pero esta breve reacción fue rápidamente sofocada por la reanudación de los contragolpes eslovacos. En el minuto 54, Duda desperdició una prometedora ocasión con un remate desviado desde una buena posición.

Un minuto después, Strelec amplió la ventaja eslovaca. La jugada se originó en un despeje profundo de Dubravka. Strelec recibió el balón, ingresó al área con una marca laxa por parte de Rüdiger, quien hizo poco por estorbarle, y ejecutó una definición precisa para batir al guardameta.

Tras este tanto, Alemania intentó reaccionar, pero no logró gestar acciones que infundieran esperanza de una remontada

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