En los días previos a la conclusión de su mandato, el presidente Luis Arce expresó recientemente su preocupación ante lo que describió como intentos de fragmentar la nación, utilizando retóricas anacrónicas que promueven la división basada en privilegios y particularismos regionales.

Durante una alocución en Cochabamba, en el marco de la conmemoración del centésimo nonagésimo noveno aniversario de la Armada Boliviana, el mandatario estableció un paralelismo histórico con la pérdida del Litoral. Según su análisis, este suceso durante la Guerra del Pacífico no fue únicamente producto de la ambición foránea, sino también de la connivencia de las élites nacionales de la época. Se aludió a un pensamiento intelectual que, en aquel entonces, postulaba que la pérdida de un emblema cultural habría conmovido más a dichas clases que la efectiva cesión del Litoral.

Esta deficiencia en la percepción espacial y en la conciencia nacional fue conceptualizada como la concepción señorial del territorio, donde la nación se equiparaba erróneamente con la extensión de una propiedad privada. El presidente señaló que esta misma mentalidad persiste en la actualidad, manifestándose en la manipulación de la ciudadanía para fomentar particularismos, como si el progreso de una región pudiera disociarse del bienestar general de la nación.

Enfatizó que la nación trasciende la dimensión de una propiedad privada, una realidad que, según sus palabras, ciertas élites se resisten a aceptar. El presidente describió a Bolivia como una entidad indivisible, un navío colectivo cuya travesía hacia un destino próspero depende de la cohesión de su tripulación. Advirtió contra las voces de sirena del egoísmo, que buscan desviar la atención de la verdad fundamental: que la patria es intrínsecamente mayor que la suma de sus componentes regionales.

En este contexto de tentativas divisionistas, sustentadas en discursos obsoletos de privilegio y regionalismo, se hizo un llamado a recordar que las Fuerzas Armadas fueron instituidas para salvaguardar la unidad del pueblo, no para atender a intereses sectoriales. La historia, remarcó, ofrece la lección de que cada episodio de fragmentación nacional se originó en el olvido del sentido patriótico, priorizando la sumisión a intereses externos sobre la soberanía.

Se afirmó la determinación de no repetir tales errores, asegurando que tanto la ciudadanía como las instituciones militares continuarán defendiendo la independencia política, económica y territorial, fruto de arduas luchas. El futuro de la nación, garantizó el mandatario, es inviable si se regresa a una era donde el Estado era percibido como un despojo y el acceso al mar, una mera añoranza. Por consiguiente, se reafirmó que la salvaguarda de Bolivia se fundamenta en la protección de su integridad territorial, sus fronteras y los logros conseguidos en el proceso de transformación nacional

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Related Posts