La reciente culminación del escrutinio de actas a nivel nacional ha revelado que el Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvo un modesto 3,20% de los votos. Este porcentaje, notablemente bajo, ha provocado una inmediata ola de recriminaciones internas, con sectores afines a la actual administración gubernamental señalando directamente a la directiva del partido, encabezada por Grover García, como responsable de los desfavorables resultados.

En este contexto de insatisfacción, el ministro de Obras Públicas ha solicitado a la dirección del MAS la convocatoria de un ampliado que congregue tanto a la base militante como a la dirigencia. El propósito de esta reunión, según el ministro, sería que se rindan cuentas sobre los resultados electorales, dado que la cúpula partidaria fue la encargada de la gestión y selección de las candidaturas.

Previo a los comicios, los simpatizantes del oficialismo habían proyectado una movilización de un millón de militantes, anticipando que este respaldo se reflejaría en las urnas. Sin embargo, el desempeño electoral del MAS mostró una caída significativa en su apoyo.

Ante las críticas, el presidente del partido, Grover García, ha defendido la gestión de su directiva, atribuyendo la responsabilidad de la baja votación a los candidatos y a los pactos departamentales. García afirmó que la dirección nacional no impuso ninguna candidatura, sino que estas fueron elegidas por las alianzas a nivel departamental, y que si los postulantes no lograron atraer votos, la responsabilidad recae en ellos.

Una de las consecuencias más trascendentales de esta elección para el MAS es la pérdida de su representación parlamentaria, un hecho sin precedentes después de dos décadas de dominio absoluto en el poder legislativo. Durante este largo periodo, el partido ejerció una hegemonía indiscutible, influyendo decisivamente en la elección de vocales electorales y magistrados del Órgano Judicial. Esta era de control concluyó abruptamente el 17 de agosto.

Por su parte, el candidato presidencial del MAS reconoció que el objetivo principal de su postulación no era la victoria electoral, sino la salvaguarda de la sigla partidaria. En ese sentido, consideró que la meta establecida para esta contienda electoral ha sido cumplida

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