El precio mayorista de la carne de pollo se sitúa actualmente en 25 bolivianos por kilogramo. Sin embargo, los consumidores finales están adquiriendo este producto en el rango de 26 a 27 bolivianos el kilo en los puntos de venta minoristas.
Este diferencial, junto con la tendencia alcista observada en los precios, se atribuye a una combinación de factores que afectan directamente la cadena de producción avícola. Uno de los elementos clave es el incremento sostenido en el costo de los insumos esenciales para la cría de aves. Adicionalmente, se ha registrado una reducción en la disponibilidad de polluelos de un día, lo que impacta la capacidad de producción futura.
Representantes del sector han indicado que la fluctuación del precio del pollo es una característica inherente al mercado. Existe la posibilidad de que los precios se estabilicen o incluso disminuyan una vez que se normalice el aprovisionamiento de las crías de ave, lo que permitiría a los productores mantener un ritmo constante de producción.
La industria avícola atraviesa un período complejo, enfrentando desafíos considerables. La escasez de combustible, por ejemplo, ha generado interrupciones significativas en la logística de distribución, lo que encarece las operaciones. A esto se suma el aumento incesante en el precio de los insumos, una situación que ha persistido sin interrupciones. A pesar de los esfuerzos por contener los precios al mínimo para no afectar la economía de los hogares, la presión acumulada hace que mantener esa postura sea cada vez más complicado
