La colaboración entre Banco Ecofuturo y Fundación Ayuda en Acción ha dado lugar a un proyecto significativo que busca transformar la apicultura en el Chaco boliviano, enfocándose en el empoderamiento de las mujeres. Desde su inicio en 2022, este esfuerzo ha movilizado más de 100.000 bolivianos para dotar a 33 apicultoras, muchas de las cuales son jefas de familia, con el equipamiento y la formación necesaria para optimizar sus actividades productivas.
El proyecto ha incluido la entrega de herramientas específicas y capacitación en diversas áreas, como la cosecha y postcosecha de miel, el laminado y estampado de cera de abeja, así como el manejo de colmenas para la producción de material genético. Etelvina Robles, presidenta de la Asociación de Productores Apícolas del Chaco (APACH), expresó su satisfacción al afirmar que ahora producen miel ecológica, libre de aditivos nocivos.
La apicultura se presenta como un sector clave para el desarrollo económico de la Región Autónoma del Gran Chaco, gracias a la rica flora melífera y la biodiversidad local. Alejandro Bustillos, gerente general de Banco PYME Ecofuturo, subrayó que esta actividad no solo beneficia a las familias involucradas, sino que también ayuda a frenar la migración de jóvenes hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades laborales.
El impacto de este proyecto se alinea con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, incluyendo la erradicación de la pobreza, la igualdad de género, el trabajo decente y el crecimiento económico, así como la acción climática y la formación de alianzas para alcanzar estas metas.
Silvia Córdova, apicultora de la Asociación de Apicultoras de San Antonio, destacó que las capacitaciones les han permitido expandir sus apiarios, lo que abre nuevas oportunidades laborales, como la reciente licitación de la FAO para 250 núcleos de abejas.
Ambas organizaciones han reafirmado su compromiso con el desarrollo sostenible, proyectando continuar su apoyo en la gestión de calidad y trazabilidad de los productos apícolas hasta 2025. Esto incluirá un enfoque especial en la cosecha y manipulación de miel, propóleo y polen, asegurando el cumplimiento de normativas de seguridad alimentaria. Además, se ofrecerán capacitaciones en gestión financiera y el uso de plataformas digitales para mejorar la comercialización de sus productos, fortaleciendo así los negocios de estas familias apicultoras