El Club Bolívar sufrió un inesperado tropiezo en su feudo, al caer 1-2 frente a Wilstermann. Pese a haber tomado la delantera con una anotación de Martín Cauteruccio, la escuadra dirigida por Flavio Robatto no pudo sostener la ventaja. Los goles de Robson Matheus y Alejandro Barrón sellaron la remontada para la visita, frustrando las expectativas de la afición local que veía a su equipo como favorito.
Tras el desenlace, la figura de Marcelo Claure, presidente de la institución, se manifestó a través de sus plataformas digitales con un tono de mesura y autocrítica. Reconoció un desempeño superior en gran parte del primer tiempo, pero atribuyó la derrota a una pérdida de concentración en la segunda mitad. En su mensaje, subrayó que el fútbol a menudo presenta jornadas que ofrecen valiosas lecciones y enfatizó la necesidad de efectuar correcciones, señalando que aún queda un largo camino por recorrer para el equipo.
Este pronunciamiento, sin embargo, contrasta con una declaración previa emitida en mayo, cuando Bolívar también había sucumbido ante el mismo rival, pero en Cochabamba. En aquella ocasión, Claure había expresado con un matiz desafiante que la situación no era grave y que, al recibir a Wilstermann en La Paz, el equipo lo golearía. La reciente confrontación, lejos de cumplir esa predicción, vio al conjunto celeste sufrir una nueva derrota ante los aviadores, esta vez en condición de local.
El panorama de Bolívar en la Copa Bolivia se presenta ahora con mayores desafíos, y las reacciones de desaprobación no se hicieron esperar. No obstante, la postura de la dirigencia, según lo expresado por su presidente, se centra en la calma y en la determinación de subsanar las deficiencias detectadas. La convicción de que hay mucho camino por recorrer persiste como eje central de su visión