Bolivia está en proceso de ampliar su participación en el comercio internacional de alimentos, con un enfoque particular en la exportación de leche y carne bovina hacia Chile. Esta iniciativa, impulsada por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG), marca un paso importante en los esfuerzos del país por diversificar su economía y fortalecer las relaciones comerciales con sus vecinos.

Simón Grimaldo Hoyos, quien dirige el SENASAG en Tarija, compartió detalles sobre los avances y los retos que enfrenta este proyecto. Recientemente, el SENASAG llevó a cabo una auditoría técnica interna enfocada en la producción de leche en el municipio de San Lorenzo, con el objetivo de facilitar la exportación a Chile.

Grimaldo explicó que están trabajando en las observaciones surgidas de la auditoría interna para prepararse para una evaluación externa por parte de las autoridades chilenas. Esta preparación es esencial para cumplir con los estándares internacionales en materia de calidad y seguridad alimentaria.

El director del SENASAG subrayó que, aunque se detectaron algunas debilidades durante la auditoría, estas no son críticas. Aseguró que tanto el sistema de producción como el de transformación en la planta EVA están en condiciones óptimas.

Una de las etapas más importantes de este proceso será la visita de los auditores chilenos, programada para los primeros días del próximo mes. Esta auditoría externa será determinante para verificar si Bolivia cumple con los requisitos sanitarios y de calidad establecidos por Chile para la importación de productos lácteos.

Grimaldo se mostró positivo respecto a los resultados de esta auditoría, indicando que el SENASAG está trabajando intensamente para abordar las debilidades detectadas. Tras esta fase, se elaborarán los informes necesarios y se llevarán a cabo negociaciones a nivel ministerial y gubernamental para establecer los procedimientos formales de exportación.

En cuanto a la carne bovina, Grimaldo mencionó que Chile ha expresado un gran interés en este producto boliviano, lo que representa una oportunidad significativa para la industria ganadera del país, aunque también plantea desafíos en términos logísticos y de producción.

El director aclaró que, aunque Tarija puede no ser capaz de exportar su producción, sí podrá satisfacer la demanda del mercado interno. Esto permitirá que departamentos con mayor capacidad de producción, como Santa Cruz y Beni, se concentren en la exportación, mientras que Tarija y otras regiones se encargan de abastecer el mercado nacional.

Este enfoque no solo asegura la seguridad alimentaria en el país, sino que también presenta un reto y una oportunidad para los productores locales. Grimaldo enfatizó la necesidad de mejorar los sistemas de producción para aumentar los volúmenes de carne disponibles y así satisfacer la demanda interna.

La estrategia de exportación de Bolivia se basa en priorizar el abastecimiento del mercado interno antes de considerar la exportación del excedente. Esta política, respaldada por el gobierno y los ministerios pertinentes, busca equilibrar el crecimiento económico con la responsabilidad de garantizar el suministro alimentario a la población boliviana.

Grimaldo reiteró que la prioridad es cubrir primero el mercado interno, asegurando que la población no se quede sin este alimento esencial, antes de proceder a la exportación de cualquier excedente. Este enfoque reflexivo refleja una planificación a largo plazo que busca mantener la seguridad alimentaria nacional mientras se exploran nuevas oportunidades en el ámbito internacional.

La posible exportación de leche y carne bovina a Chile podría traer múltiples beneficios para Bolivia, como la diversificación económica. Al ampliar su oferta de exportaciones más allá de los recursos naturales tradicionales, el país podría disminuir su dependencia de sectores inestables como la minería y los hidrocarburos

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