El futbolista Boris Céspedes ha sido inhabilitado por un período de dos años tras arrojar un resultado positivo en un control antidopaje. La Comisión Disciplinaria de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) determinó esta sanción, tras constatar la vulneración de normativas antidopaje y disciplinarias específicas, incluyendo el artículo 23.1 del Código Disciplinario edición 2023 y el artículo 6 de las Regulaciones Antidopaje edición 2021. Céspedes, quien milita en el Yverdon Sport FC de Suiza, fue declarado responsable de contravenir la reglamentación antidopaje vigente.

La medida disciplinaria entró en vigor el 14 de mayo de 2025, fecha a partir de la cual el jugador ya se encontraba bajo una suspensión provisional, y se extenderá hasta el 14 de mayo de 2027. Durante este lapso, Céspedes estará impedido de participar en encuentros oficiales, sesiones de entrenamiento con cualquier equipo, y cualquier competición bajo la égida de la FIFA, sus asociaciones miembro, ligas o federaciones tanto nacionales como internacionales.

El origen de este procedimiento se remonta a una convocatoria del futbolista con la selección nacional de Bolivia, dirigida entonces por Óscar Villegas, para compromisos internacionales frente a Perú en Lima y Uruguay en El Alto. Tras el encuentro contra la escuadra uruguaya, el mediocampista fue seleccionado para someterse a un control antidopaje reglamentario. La muestra A, recolectada el 10 de abril y analizada en un laboratorio de Colonia, Alemania, acreditado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), reveló un Resultado Analítico Adverso (RAA). La sustancia identificada como prohibida fue la acetazolamida.

El deportista argumentó haber ingerido una medicación destinada a mitigar los efectos de la altitud, la cual, según su testimonio, le habría sido suministrada por el personal médico de la selección boliviana. No obstante, la FIFA desestimó categóricamente esta defensa. La organización rectora del fútbol mundial consideró que la afirmación del jugador carecía de sustento, señalando la ausencia de detalles como el nombre del medicamento o su dosificación. Adicionalmente, los registros médicos presentados por la Federación Boliviana de Fútbol no contenían ninguna referencia a un tratamiento que incluyera la sustancia en cuestión. Incluso, la evidencia aportada por el propio Céspedes, que incluía comunicaciones textuales, mostraba a un médico del equipo nacional negando cualquier irregularidad y confirmando que la federación no disponía de dicho fármaco, eximiendo así de responsabilidad a la FBF.

En consecuencia, Boris Céspedes deberá acatar la totalidad de la sanción impuesta, con la única salvedad de que podrá reintegrarse a los entrenamientos con un club dos meses antes de la fecha de culminación de su inhabilitación

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