Un ambiente de incertidumbre se ha generado entre los campesinos ante la posibilidad de que el Estado recupere tierras, especialmente aquellas que no están siendo cultivadas. Esta preocupación ha llevado a la necesidad de un diálogo más amplio y consensuado sobre el proyecto de ley que busca transformar la pequeña propiedad agraria en mediana.

Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, anunció que se detendrá el avance de esta propuesta legislativa hasta que se realicen las consultas necesarias con los agricultores de todo el país. En un encuentro con representantes del sector agrícola, el legislador destacó que es fundamental que los productores se sientan incluidos en el proceso, dado que la iniciativa ha suscitado múltiples interrogantes y críticas.

El proyecto, que fue impulsado por el gobierno y ya aprobado en la Cámara de Diputados, se encuentra actualmente en revisión en una de las comisiones del Senado. Rodríguez subrayó la importancia de un consenso previo, afirmando que sin un acuerdo adecuado, la propuesta no podrá continuar su curso legislativo.

El objetivo de la ley es elevar la categoría de la pequeña propiedad agraria a mediana o empresarial. Sin embargo, algunos líderes campesinos han expresado que esta medida podría obligar a los propietarios a pagar impuestos adicionales al cambiar la clasificación de sus tierras.

Durante su intervención, Rodríguez explicó que, de acuerdo con la normativa, las parcelas que no generen producción durante un periodo de dos a tres años podrían ser devueltas al Estado. Sin embargo, enfatizó que para que esto ocurra, el gobierno debe crear condiciones propicias que faciliten la producción agrícola. Reconoció que, en ocasiones, los agricultores enfrentan dificultades que les impiden cubrir siquiera sus costos de producción, debido a la saturación del mercado y la caída de precios sin intervención gubernamental.

A pesar de la escasa asistencia al encuentro, donde algunos campesinos viajaron desde el Gran Chaco y otras regiones, el senador hizo un llamado a la necesidad de implementar políticas que mejoren la calidad de la producción y permitan no solo la venta local, sino también la exportación.

Rodríguez también criticó al gobierno por fomentar divisiones entre los campesinos y desviar la atención de los problemas reales que enfrentan. Expresó su preocupación por la situación de Bolivia, que ha pasado de ser un país exportador a depender de importaciones, no solo de tecnología, sino también de alimentos, a pesar de su considerable potencial agrícola

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