Casi dos semanas después del devastador incendio que azotó las comunidades de Pinos Norte, Pinos Sud y otras zonas aledañas en el Municipio de Cercado, los residentes locales cuantifican pérdidas significativas. El impacto se traduce en la devastación de hasta el 98% de los cultivos agrícolas, el forraje destinado al ganado y daños estructurales en las viviendas.
Ante este panorama, David Yuca, secretario de Economía de la Federación de Campesinos de Tarija, ha instado a la Fiscalía a iniciar una investigación formal contra Servicios Eléctricos de Tarija (Setar). Esta solicitud se fundamenta en informes preliminares que sugieren que el origen del siniestro fue un desperfecto en un transformador de energía. La federación también ha requerido a la Autoridad de Electricidad (AE), entidad reguladora de Setar, la emisión de un informe técnico detallado que sirva de base para las acciones legales pertinentes. Se ha enfatizado la necesidad de aplicar el mismo rigor legal que se utiliza en procesos contra individuos por incendios, buscando determinar el grado de responsabilidad de la empresa eléctrica en este suceso.
Numerosas viviendas han sido completamente consumidas por las llamas; se reportan seis casas destruidas en Pinos Norte y otras cuatro en Pinos Sud. La Federación de Campesinos ha declarado que no tolerará la impunidad en este caso, urgiendo a las autoridades judiciales a esclarecer los hechos y actuar con celeridad para que los responsables asuman las consecuencias de estas pérdidas.
Dilman Torrez, secretario general de la comunidad de Pinos Norte, ha confirmado que aproximadamente 27 familias han resultado damnificadas, con un número considerable experimentando una pérdida total de sus bienes. Las afectaciones abarcan cultivos agrícolas, árboles frutales, forraje para el ganado, así como la flora y fauna silvestre de la región. Según datos proporcionados, solo en Pinos Norte, se estima que unas 1.700 hectáreas han sido afectadas, incluyendo 280 hectáreas de propiedades privadas tituladas, sin considerar las áreas de reserva y comunales.
Más allá de la devastación ecológica inmediata, se anticipa una disminución en los caudales de agua, lo que impactará directamente los sistemas de riego esenciales para la producción agrícola. Esta situación podría derivar en un aumento de los precios de los productos de la canasta básica, repercutiendo en la población urbana que depende de estos abastecimientos