Un significativo espacio de diálogo binacional ha sido inaugurado en Chile, reuniendo a especialistas de la academia, la diplomacia y los medios de comunicación de Chile y Bolivia. Este decimoctavo encuentro, denominado Chile–Bolivia: Construyendo un futuro común, busca cimentar un entendimiento más profundo entre ambas naciones, apoyándose en la investigación, el análisis de evidencia y la colaboración mutua.

La apertura de esta cita académica, organizada por la Universidad Finis Terrae en colaboración con las universidades del Alba, San Sebastián y de Santiago de Chile (Usach), congregó a más de cuarenta expertos, diplomáticos, académicos y periodistas. Durante esta semana, los participantes abordarán una amplia gama de temas cruciales para la relación bilateral, que incluyen migración, seguridad fronteriza, historia compartida, economía, medio ambiente y cultura.

El titular de la diplomacia chilena, Alberto van Klaveren, al intervenir en la Casa Central de la Universidad Finis Terrae, puso de relieve la trascendencia de integrar el quehacer académico con la formulación de políticas públicas. Destacó que el foro representa una confluencia productiva entre el ámbito académico, la sociedad civil y la esfera de las políticas públicas. En un contexto donde a menudo predominan los diagnósticos apresurados, este espacio se dedica a la investigación rigurosa, la contrastación de evidencia y la escucha de perspectivas diversas, un método que consideró fundamental. La diplomacia contemporánea, según su visión, debe sustentarse en datos concretos y en el diálogo constante, manteniendo un contacto directo con las comunidades y comprendiendo sus realidades específicas.

Desde la perspectiva chilena, se ha otorgado una prioridad constante a la relación con los países vecinos. En el caso particular de Bolivia, el ministro reconoció avances en la reconstrucción de una interlocución constructiva. Mencionó que se han ido retomando y expandiendo espacios de coordinación que operan eficazmente, con una agenda capaz de gestionar las diferencias e identificar nuevas oportunidades. El objetivo es cultivar un trato respetuoso, predecible y orientado a generar resultados tangibles para los ciudadanos de ambos países.

Un aspecto valorado por la autoridad chilena fue el inicio de las actividades del encuentro en Chillán, en la Región de Ñuble, a cuatrocientos kilómetros al sur de Santiago. Este hecho fue interpretado como una señal clara de descentralización en la discusión bilateral. No se trata de un detalle menor, sino de un indicio de la voluntad de llevar la conversación con la nación vecina más allá de las regiones limítrofes. Este enfoque geográfico amplía la posibilidad de explorar la relación bilateral a escala nacional, desde el extremo norte hasta el sur de Chile, abarcando todos sus planos: académico, social, cultural, económico y territorial.

La coordinadora general del encuentro, la doctora Loreto Correa, señaló que uno de los propósitos centrales de esta edición es desmantelar las narrativas antagonistas que históricamente han caracterizado el vínculo entre Chile y Bolivia. Subrayó que Chile enfrenta un déficit en su relación con los países vecinos, y que Bolivia se encuentra en el epicentro de desafíos compartidos como la migración, el contrabando, la gestión portuaria, el comercio y la seguridad.

El programa del evento, que se extenderá hasta el 24 de octubre en las sedeses de Chillán, la Universidad Finis Terrae y la Universidad de Santiago, incluye mesas temáticas dedicadas a la movilidad humana, el papel de los medios de comunicación, las relaciones internacionales, la historia común, el medio ambiente y la cultura. Entre los participantes bolivianos destacan figuras como el economista Henry Oporto, la historiadora Paula Peña, la periodista Maggy Talavera, el jurista Gonzalo Mendieta y la académica Roxana Forteza.

Durante el encuentro, se presentarán publicaciones recientes que abordan las relaciones bilaterales, como la obra Bolivia y Chile: Pensando juntos, editada por Roxana Forteza y Rubén Darío Dabdoub. Este compendio incluye ensayos de autores de ambas naciones, entre ellos Bolivia y Chile, la fallida integración (2001–2018), de Mauricio Quiroz Terán.

La clausura del evento contempla un conversatorio entre excónsules y la exposición de proyectos de cooperación universitaria entre instituciones chilenas y bolivianas, consolidando así un espacio propicio para repensar, desde la academia y la cultura, las vías de integración entre ambos pueblos.

Este foro internacional se desarrolla en un momento de particular relevancia política, coincidiendo con la transición en Bolivia hacia un nuevo ciclo gubernamental con la juramentación de Rodrigo Paz Pereira a la Presidencia, y a tan solo un mes de las elecciones generales en Chile. En la última década, ambas naciones han transitado por procesos legales de orden internacional relacionados con la demanda marítima y las aguas del Silala. Estos litigios marcaron un distanciamiento en el relacionamiento bilateral, que en épocas anteriores llegó a incluir el tema marítimo, la cuestión histórica que ha dividido a los dos países

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