El mediocampista boliviano Boris Céspedes ha sido inhabilitado por la FIFA para participar en cualquier actividad relacionada con el fútbol durante un periodo de dos años, tras arrojar un resultado positivo por acetazolamida en un control antidopaje. La prueba se realizó después del encuentro de eliminatorias entre Bolivia y Uruguay, disputado el 25 de marzo de 2025 en Villa Ingenio.

La noticia de la sanción, que se hizo pública recientemente, ha generado una contundente reacción por parte del futbolista, quien ha calificado la medida como una injusticia total. Céspedes ha manifestado su profunda sorpresa ante la resolución, si bien reconoce la obligación de los deportistas de verificar cualquier sustancia que ingieran. No obstante, el jugador sostiene que, durante su concentración con la selección nacional y aquejado por una enfermedad, le fue administrado un fármaco por un facultativo autorizado por la propia federación boliviana.

La determinación de la FIFA, según se ha conocido, reconoce la coherencia en las justificaciones del futbolista respecto a su falta de intención de doparse. Sin embargo, la organización deportiva mundial argumenta que Céspedes no pudo presentar las pruebas necesarias para corroborar su versión. De hecho, se ha sugerido que una posible reducción de la sanción podría haberse considerado si la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) hubiera remitido la evidencia pertinente.

En este contexto, el mediocampista ha expresado un fuerte descontento con la FBF, acusándola de inacción y falta de apoyo. Céspedes lamenta la ausencia de respaldo por parte de la federación, especialmente considerando su compromiso de representar al país. Ha señalado que tanto los profesionales médicos implicados, quienes también enfrentan sanciones, como la entidad federativa, priorizan su propia protección, generando una situación que describe como una ley del silencio en el entorno futbolístico boliviano.

Ante esta situación, Céspedes ha confirmado su intención de recurrir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para intentar revertir la penalización. La suspensión impuesta se extiende hasta el 14 de mayo de 2027, periodo durante el cual el futbolista no podrá participar en ninguna competición ni actividad oficial de fútbol

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