La región del Gran Chaco boliviano enfrenta una situación crítica tras las intensas lluvias que provocaron el desbordamiento del río Pilcomayo. Las comunidades indígenas, asentadas principalmente en los municipios de Yacuiba y Villa Montes, se encuentran entre las más afectadas, sufriendo la pérdida de viviendas y medios de subsistencia. Ante esta emergencia, diversas instituciones regionales han unido fuerzas para coordinar una respuesta integral que abarque desde la asistencia humanitaria inmediata hasta la reconstrucción a largo plazo.
Una de las primeras acciones concretas ha sido la conformación de una comisión especial dedicada a la gestión de esta crisis climática. Este grupo de trabajo ha priorizado la distribución urgente de ayuda humanitaria, consistente en alimentos, atención médica y materiales para la reparación de viviendas. Se estima que alrededor de mil familias, pertenecientes a más de cuarenta comunidades originarias, han sido directamente impactadas por la crecida del río, requiriendo asistencia inmediata.
Las autoridades regionales han hecho un llamado apremiante a las instancias legislativas para que se autorice el desbloqueo de fondos de inversión. Estos recursos, actualmente congelados, son considerados vitales para poder implementar medidas efectivas y oportunas en los municipios declarados en emergencia. La urgencia de la situación demanda una respuesta ágil y contundente por parte de todos los niveles de gobierno.
Entre las acciones prioritarias se contempla la atención sanitaria a las poblaciones damnificadas, la rehabilitación de infraestructuras esenciales como carreteras, centros de salud y escuelas, y la construcción de sistemas de defensa para prevenir futuras inundaciones. En este sentido, el municipio de Villa Montes ha tomado la iniciativa de instalar aulas móviles y centros de salud temporales en la comunidad de La Victoria, una de las más perjudicadas. Esta medida permite restablecer de forma provisional los servicios educativos y sanitarios, garantizando la continuidad de las actividades esenciales para la población.
Paralelamente, brigadas médicas del Ministerio de Salud y Deportes se encuentran desplegadas en la región, brindando atención a las familias afectadas. Los reportes indican que las afecciones más comunes son las enfermedades respiratorias, seguidas de dolores lumbares y problemas gastrointestinales, patologías asociadas a las condiciones de vida precarias y al esfuerzo físico realizado durante las labores de rescate y limpieza.
La situación en el Gran Chaco exige una respuesta coordinada y sostenida en el tiempo. La colaboración entre instituciones regionales, el gobierno central y los municipios afectados es fundamental para superar esta emergencia y sentar las bases para una recuperación duradera de las comunidades afectadas
