La comunidad Weenhayek en Tarija enfrenta una situación crítica tras las recientes inundaciones y deslizamientos provocados por la crecida del río Pilcomayo. Representantes de la comunidad han manifestado su preocupación ante la escasa asistencia recibida hasta el momento para paliar los efectos de estos desastres naturales.

Según testimonios recogidos en la zona, la ayuda proporcionada a las familias afectadas se habría limitado a la entrega de alimentos básicos como fideos y azúcar, considerados insuficientes para cubrir las necesidades urgentes de la población. Muchas familias, que debieron abandonar sus hogares de manera preventiva durante la emergencia en marzo, ya han retornado a sus viviendas. Esta decisión se tomó ante la falta de una respuesta más contundente y la prolongada espera de asistencia integral.

A pesar de que el gobierno nacional ha declarado el estado de emergencia en todo el territorio boliviano debido a la multiplicidad de eventos climáticos adversos, y se ha anunciado la búsqueda de financiamiento para atender a los damnificados, la ayuda efectiva aún no se materializa en las comunidades Weenhayek. Líderes comunitarios señalan la ausencia de una comisión gubernamental en terreno para evaluar directamente los daños y necesidades, indicando que la presencia del Estado se habría limitado a un reconocimiento aéreo de la zona afectada.

En este contexto de vulnerabilidad y necesidades apremiantes, la comunidad Weenhayek mantiene la esperanza de que se concrete un apoyo más sustancial y efectivo que permita superar las secuelas de los desastres naturales y garantizar condiciones de vida dignas para sus habitantes

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Federico Enrique
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