La renovación del suelo en la emblemática iglesia de San Roque, un ícono arquitectónico y cultural en Tarija, ha suscitado un intenso debate entre la comunidad y especialistas en patrimonio. Las controversias se centran en la sustitución del mosaico original, un elemento significativo del patrimonio local, por cerámica, así como en la decisión de utilizar ladrillos de seis huecos en lugar de un contrapiso de hormigón.
Martha Durán Ortiz fue una de las voces que alzó la mano para manifestar su inquietud, criticando la elección realizada por la Gobernación. “Están ‘reparando’ el piso de la iglesia de San Roque, retirando el hermoso mosaico para reemplazarlo con cerámica, y en lugar de optar por un vaciado adecuado, están utilizando ladrillos de 6 huecos”, expresó.
Alan Gabriel Villa Gutiérrez también se pronunció al respecto, resaltando la longevidad y la calidad del mosaico frente a la cerámica. “El mosaico tiene una durabilidad mucho mayor que la cerámica”, apuntó, sugiriendo que la elección del nuevo material podría no ser la más apropiada para un lugar con un peso histórico tan significativo.
Malu Ortiz, por su parte, subrayó la necesidad de preservar los materiales originales en los edificios históricos, argumentando que estos han demostrado su resistencia a lo largo del tiempo. “Estamos destruyendo el casco antiguo de la ciudad sin que nadie diga nada. Es crucial que la entidad responsable de la conservación del patrimonio intervenga. Los materiales originales han probado su calidad a lo largo de los años. ¿Por qué cambiar? Los tarijeños estamos permitiendo que nos arrebaten lo único que nos pertenece: nuestra historia, que se manifiesta en cada teja y en cada losa”, manifestó con preocupación.
David Vargas Román, aunque reconoció la importancia de las mejoras en la infraestructura, hizo un llamado a priorizar la preservación de la esencia histórica del lugar. “Es fundamental evaluar la situación. La intención es buena, pero este es un patrimonio cultural e histórico que no debe perder su esencia. Es necesario que el presidente de barrio o la directiva revisen esto, ya que no solo es un asunto del barrio, sino de todo Tarija”, argumentó.
Este debate resalta la necesidad de equilibrar la modernización con la conservación del patrimonio cultural. Los ciudadanos insisten en que cualquier intervención en espacios históricos debe llevarse a cabo bajo la supervisión de expertos en conservación y con la participación activa de la comunidad, para asegurar que las decisiones respeten la identidad y el legado de la región.
Mientras tanto, los trabajos continúan, y los habitantes de Tarija esperan respuestas y una mayor consideración hacia el valor histórico de la iglesia de San Roque, uno de los símbolos más apreciados de la ciudad