La Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS), ubicada en Tarija, atraviesa una compleja situación económica que ha llevado a la institución a implementar medidas drásticas. La insuficiencia de recursos transferidos por el gobierno central ha forzado decisiones como la suspensión de cursos paralelos en diversas carreras, lo que ha provocado una significativa aglomeración de estudiantes en las aulas, con grupos que en ocasiones superan el centenar. Esta determinación, si bien busca asegurar la continuidad del calendario académico, genera inquietud sobre el impacto en la calidad educativa y el bienestar del alumnado.

En un intento por mitigar la crisis, se ha logrado la asignación de 13 millones de bolivianos tras gestiones con autoridades nacionales. Sin embargo, esta cifra representa menos de la mitad de los 30 millones considerados necesarios para garantizar un funcionamiento óptimo hasta fin de año. El vicerrector de la UAJMS, Jaime Condori, ha señalado que, a diferencia de la gestión anterior, cuando se asignaron aproximadamente 20 millones que aliviaron la situación, la realidad actual es distinta. Las autoridades universitarias confían en que, mediante la generación de ingresos propios y una rigurosa optimización de gastos, será posible cubrir las necesidades operativas hasta diciembre.

La distribución de estos recursos y la viabilidad de cumplir con el incremento salarial, así como otros ajustes presupuestarios, serán temas centrales de discusión en la próxima sesión del Honorable Consejo Universitario (HCU), programada para el 26 de agosto. Entre las medidas contempladas para asegurar la culminación del año académico, se evalúa la no contratación de nuevo personal administrativo y la continuidad de la política de no abrir cursos paralelos. El vicerrector ha detallado que, en algunos casos, se están gestionando aulas con alrededor de 100 estudiantes, ya que los recursos disponibles no permitirían la creación de más paralelos, ajustando al máximo la cantidad de alumnos por aula para que el presupuesto alcance hasta el cierre de la gestión.

A pesar de este complejo panorama financiero, el rector de la UAJMS, Eduardo Cortez, ha mantenido su postura de no aplicar reducciones salariales a docentes y trabajadores administrativos. De hecho, la institución ha incorporado personal de planta en meses recientes.

El impacto en la calidad educativa es una preocupación latente. Docentes de la UAJMS han expresado su inquietud ante la necesidad de impartir clases a grupos excesivamente numerosos, lo que dificulta la interacción pedagógica, complica los procesos de evaluación y, en última instancia, podría mermar los niveles de aprendizaje de los estudiantes. Se subraya que la dinámica de enseñanza cambia drásticamente entre un grupo reducido y uno que triplica o más su tamaño.

Desde el estamento estudiantil, la Federación Universitaria Local (FUL) ha adoptado una postura cautelosa. Sus representantes han indicado que la posición oficial del sector se consolidará en un consejo de dirigentes, previo a la sesión del HCU. Si bien reconocen la importancia del personal para el funcionamiento universitario, han evitado pronunciarse directamente sobre la problemática del hacinamiento, delegando esa responsabilidad al ejecutivo de la FUL. Aunque por el momento no se han registrado manifestaciones abiertas, no se descarta la posibilidad de que surjan reclamos estudiantiles por la sobrecarga académica y las deficiencias en la enseñanza a corto plazo.

La situación financiera de la UAJMS no es un caso aislado, ya que el déficit presupuestario afecta a gran parte del sistema universitario boliviano. Según Carlos Salinas, ejecutivo de la Confederación de Docentes de Bolivia, mientras algunas instituciones a nivel nacional han logrado negociar mayores asignaciones con el gobierno, la universidad de Tarija ha visto disminuidas sus solicitudes. Salinas ha manifestado que, a pesar de la supuesta cercanía política entre el rector de la UAJMS y el actual gobierno, no se han conseguido los recursos suficientes, lo que podría comprometer la culminación regular de la gestión académica.

Los recortes presupuestarios impactan directamente en la disponibilidad de cursos paralelos y en la carga horaria de los docentes, afectando la calidad de la enseñanza. Sin embargo, se ha observado que el personal administrativo, incluyendo las recientes incorporaciones, mantiene sus salarios asegurados y no ha sido objeto de reducciones. Salinas ha reconocido que la negociación con el nivel central del Estado no ha resultado satisfactoria para la UAJMS, derivando en ajustes que implican la reducción de cursos paralelos y la concentración de estudiantes, medidas que contradicen los principios pedagógicos y menoscaban la calidad de la enseñanza.

Esta situación genera gran preocupación en el sector docente, que espera una próxima reunión de evaluación de todo el sistema universitario a nivel nacional, convocada por la Confederación Universitaria Boliviana (CUB). La crisis se atribuye en gran medida a la disminución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), un factor que ha repercutido en todas las universidades del país. La situación en Tarija se complejiza aún más por el reciente incremento de personal administrativo en la UAJMS

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