El presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, ofreció un discurso el pasado domingo en el que abordó la situación económica del país, generando expectativas entre los ciudadanos sobre posibles soluciones a los problemas que enfrentan. Sin embargo, el economista Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, analizó el mensaje y señaló que dejó más interrogantes que respuestas, sin abordar adecuadamente las necesidades inmediatas de la población.

Romero describió la intervención de Arce como una “clase magistral de economía”, reconociendo la claridad y el enfoque histórico de su exposición. No obstante, subrayó que el discurso careció de elementos esenciales, como la autocrítica, propuestas concretas a corto plazo y soluciones para los problemas estructurales que afectan la economía nacional.

En su intervención, el presidente tocó temas como la política hidrocarburífera, la inflación tanto subyacente como importada, y realizó una revisión histórica de decisiones económicas pasadas. Sin embargo, Romero enfatizó que aunque estos puntos son relevantes para entender el contexto, no ofrecen soluciones inmediatas a los problemas más acuciantes que enfrenta la población.

El economista destacó tres áreas críticas que requieren atención urgente y que, según su perspectiva, no fueron adecuadamente tratadas en el discurso:

La escasez de carburantes, un problema que impacta directamente en la vida diaria de los bolivianos y tiene repercusiones en múltiples sectores de la economía.

El aumento de la inflación, que alcanzó el 4,61% en agosto, más del doble que el año anterior, lo que afecta el poder adquisitivo de los ciudadanos.

La falta de dólares, una situación que repercute en el comercio internacional y en la estabilidad financiera del país.

Romero también hizo hincapié en la ausencia de menciones a medidas estructurales necesarias para enfrentar los desafíos a largo plazo.

El economista criticó la tendencia del gobierno a atribuir la crisis a factores externos, recordando que el presidente Arce formó parte del gabinete del anterior gobierno de Evo Morales, en el cual no se lograron avances significativos en el sector hidrocarburífero. Esta falta de autocrítica, según Romero, dificulta un análisis objetivo de la situación y limita la búsqueda de soluciones efectivas.

Como una alternativa, propuso que el gobierno debería enfocarse en fomentar la inversión privada y realizar cambios normativos que atraigan capital extranjero, citando el ejemplo de Paraguay. Sin embargo, también reconoció que implementar reformas estructurales en el corto plazo representa un desafío considerable, especialmente en un año electoral donde las decisiones de inversión pública podrían estar influenciadas por factores políticos

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