Bolivia conmemoró su Bicentenario de independencia en un contexto de limitada presencia diplomática de alto nivel. Solo dos dignatarias extranjeras de alto rango asistieron a los actos oficiales en Sucre: la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, y la vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad. El resto de las delegaciones presentes consistieron en representantes diplomáticos o embajadores, sin la presencia de jefes de Estado, lo cual subrayó una convocatoria internacional reducida para una fecha tan significativa en la historia boliviana.
Las celebraciones centrales tuvieron lugar en la histórica Casa de la Libertad, en Sucre, el mismo sitio donde se proclamó la independencia en 1825, marcando el fin del dominio español y el nacimiento de la nación. Allí se llevó a cabo la sesión de honor de la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde el presidente Luis Arce se dirigió a la nación, ofreciendo un repaso de la trayectoria histórica del país y destacando los logros de su administración.
Un aspecto llamativo fue la ausencia de varios jefes de Estado considerados aliados políticos e ideológicos del actual gobierno, quienes no acudieron a esta conmemoración. El Gobierno boliviano había anticipado la llegada del presidente de Paraguay, Santiago Peña, pero su visita fue cancelada debido a circunstancias imprevistas, según informó la Cancillería. Días antes, el presidente de Chile, Gabriel Boric, también había suspendido su participación a raíz de una tragedia minera en su país, aunque confirmó el envío de una delegación de alto nivel en señal de respeto. La falta de asistencia se hizo aún más evidente al no arribar mandatarios de naciones aliadas como Venezuela (Nicolás Maduro), Cuba (Miguel Díaz-Canel), Brasil (Luiz Inácio Lula da Silva), Rusia (Vladimir Putin) o China (Xi Jinping).
A pesar de la escasa presencia de dignatarios, diversos jefes de Estado y representantes gubernamentales enviaron sus felicitaciones al presidente Arce y al país. El Gobierno de Estados Unidos, a través de su secretario de Estado, Marco Rubio, expresó que este día representa una oportunidad para honrar la historia, el patrimonio cultural y el espíritu perseverante del pueblo boliviano. El mensaje destacaba la fortaleza y resiliencia de la población como testimonio de su aspiración a un futuro democrático, y manifestó el deseo de Washington de fortalecer la cooperación con Bolivia para abordar desafíos compartidos y construir un futuro próspero para ambas naciones.
El Gobierno de Nicaragua también remitió un mensaje por el Bicentenario, en el que Daniel Ortega y Rosario Murillo, en nombre de su pueblo y gobierno, extendieron sus más sinceras felicitaciones a Bolivia por su gesta heroica de independencia. Reafirmaron el compromiso inquebrantable de Managua de consolidar los profundos lazos de hermandad, solidaridad, cooperación y lucha común que unen a sus pueblos y gobiernos en defensa de la soberanía, la dignidad y la autodeterminación.
Asimismo, el Papa León XIV hizo llegar sus saludos, expresando su deseo de que Dios Todopoderoso, por intercesión de Nuestra Señora de Copacabana, bendiga con sus dones a todos los bolivianos y que sus días transcurran en paz y prosperidad, avanzando por el camino del bien común y la convivencia fraterna.
En el marco de las conmemoraciones, el presidente Luis Arce se reunió en Sucre con Qiu Xiaoqi, representante especial del Gobierno chino para asuntos latinoamericanos, quien encabezó la delegación de su país. Durante el encuentro, repasaron los avances en la relación bilateral, que incluye acuerdos comerciales y asistencia en áreas como la salud y la conectividad. Se abordaron temas como el fortalecimiento del comercio entre ambos países, el proyecto del tren bioceánico de integración, la necesidad de vacunas contra el sarampión y la situación de los créditos internacionales que aún esperan aprobación por parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional