La administración estadounidense ha anunciado una suspensión temporal de 90 días en la implementación de aranceles elevados que afectarían a numerosas naciones. Esta medida, comunicada recientemente, viene acompañada de un incremento sustancial en los gravámenes impuestos a productos provenientes de China, elevándolos hasta un 125%.

Paralelamente, se ha establecido un arancel general del 10% aplicable a la mayoría de los países, incluyendo a México y Canadá, quienes previamente habían sido excluidos de las tasas recíprocas anunciadas la semana anterior. Es importante señalar que las tarifas existentes sobre automóviles, acero y aluminio se mantendrán sin modificaciones.

Tras hacerse pública esta información, los mercados bursátiles experimentaron un notable impulso, reflejado en alzas que oscilaron entre el 6% y el 8% en Wall Street.

La justificación oficial para esta pausa arancelaria reside en la respuesta de 75 países que, según fuentes gubernamentales, han manifestado su interés en negociar aspectos relacionados con el comercio internacional. Entre los temas a tratar se encuentran las barreras comerciales, los aranceles, la manipulación de divisas y las denominadas barreras no monetarias.

En contraste con el enfoque conciliador hacia las 75 naciones, el tono hacia China se mantiene firme y crítico. Se acusa al país asiático de una conducta irrespetuosa hacia las normas del comercio global, señalando que las prácticas comerciales previas, consideradas perjudiciales para Estados Unidos y otros países, son insostenibles e inaceptables en el contexto actual.

Un portavoz del Departamento del Tesoro explicó que el aumento de los aranceles a China responde a la actitud del país de replicar las medidas arancelarias impuestas previamente. Asimismo, se enfatizó la intención de buscar soluciones en colaboración con socios comerciales.

Según analistas financieros, la reacción positiva de los mercados se debe a que el anuncio arancelario inicial de la semana anterior había generado una mayor preocupación debido a su amplitud y magnitud. En este nuevo escenario, la imposición de un arancel universal del 10%, junto con una tasa más elevada para China, se percibe como una medida más acorde a las expectativas del mercado y a las directrices anticipadas durante la campaña presidencial, lo que ha generado un clima de mayor certidumbre entre los inversores.

La inclusión de México y Canadá en la aplicación del arancel del 10% ha generado interrogantes sobre el futuro del tratado de libre comercio previamente negociado con ambos países, añadiendo un elemento de incertidumbre al panorama comercial regional

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Federico Enrique
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