El Gobierno ha comenzado a llevar a cabo operativos de control de precios en varias ciudades, incluyendo La Paz, Santa Cruz y El Alto, con el objetivo de asegurar que el costo del kilogramo de carne de pollo no supere los 17 bolivianos, con un máximo de 17,50 bolivianos para el consumidor final.
En Tarija, los comerciantes de carne han reportado un aumento de hasta un 12% en el precio del kilo de diferentes tipos de carne al finalizar octubre. Este incremento se atribuye a la escasez del producto, que ha sido influenciada por factores como el cambio climático, bloqueos en el país y la exportación de ganado hacia mercados en Paraguay, Brasil, Perú y Argentina.
Omar Figueroa, presidente de la Cooperativa de Comercializadores de Carne Tauro Ltda., indicó que los precios de la carne criolla, proveniente del valle central y la región del Chaco, han aumentado entre un 10 y un 12%. Por ejemplo, el kilo de puchero ha pasado de 14 a más de 18 bolivianos, mientras que la carne molida ha visto un aumento de 26 a 34 bolivianos. Otros cortes, como la carne surtida y la carne especial, también han incrementado sus precios, pasando de 28 a 32 bolivianos y de 32 a 46 bolivianos, respectivamente.
Carmen Valdez, quien vende carne de pollo en el Mercado Campesino, ha observado un aumento de 4 bolivianos en el precio por kilo en las últimas semanas. Actualmente, los proveedores avícolas ofrecen el kilo a 17,50 bolivianos, lo que permite a los revendedores comercializarlo entre 19 y 20 bolivianos, dejando un margen de ganancia de un boliviano.
El sector de asaderos en Tarija ha reportado un aumento en el precio del cerdo, que ha pasado de 14 a 18 bolivianos por kilo en el matadero municipal. A pesar de esto, los precios de platos típicos como el chancho a la cruz se han mantenido estables, según Rolando Fernández, representante del sector.
Sergio Gareca, presidente de la Asociación El Dorado, informó que el precio del pescado sábalo, importado de Argentina, ha subido de 300 a 550 bolivianos por caja, mientras que el costo por unidad ha aumentado de entre 20 y 25 a 40 bolivianos. El pescado pacú, proveniente de otras regiones del país, también ha visto un incremento, pasando de 22 a 25 bolivianos por kilo.
El viceministro de Comercio y Logística Interna, Gróver Lacoa, ha estado supervisando los precios del pollo en La Paz, asegurándose de que se cumpla el límite establecido. Se están llevando a cabo acciones similares en otras regiones para proteger al consumidor.
El suministro de carne de res a precios justos está garantizado gracias a un acuerdo entre el Gobierno y los productores. Este pacto incluye medidas para combatir el contrabando en las fronteras y la eliminación de restricciones en el movimiento de ganado, según lo señalado por el ministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca.
Para abordar el problema del contrabando, el Gobierno ha implementado la militarización de las fronteras desde octubre, con el fin de frenar el tráfico ilegal de alimentos hacia países como Argentina, Brasil, Paraguay y Perú. Esta acción busca estabilizar la economía interna, que se ha visto afectada por la escasez y el aumento de precios de productos alimenticios.
La reciente presencia militar en las áreas fronterizas ha logrado reducir el contrabando de productos agrícolas y carne de res, contribuyendo a la seguridad alimentaria en el país, según el ministro de Defensa Civil, Edmundo Novillo. El contrabando, conocido como contrabando hormiga, ha intensificado la escasez en el mercado interno y ha contribuido a un aumento de precios de hasta un 50% en el segundo semestre del año, tal como lo explicó el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro