Hasta hace un par de décadas, la producción de caña solía alcanzar hasta los cuatro metros de altura antes de ser cortada para la molienda, ahora esta apenas supera los dos metros, en consecuencia, el rendimiento para la producción de azúcar ha disminuido. Esta situación es atribuida a los efectos del cambio climático, ya que las precipitaciones pluviales son de menor volumen y las sequías más prolongadas. Por ende, esto afecta la producción agrícola de los campesinos, obligándolos a migrar a otros tipos de cultivos.
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