La detención de Felipe Cáceres, exviceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, en la región del Trópico de Cochabamba, bajo sospecha de estar implicado en actividades de narcotráfico, ha provocado una enérgica respuesta del expresidente Evo Morales.

Morales manifestó que, antes de que la noticia de la captura de Cáceres se hiciera pública, él ya había recibido información anticipada sobre la inminente aprehensión. Intentó comunicarse con su excolaborador sin éxito, y horas después se enteró de la detención a través de los medios. El exmandatario afirmó categóricamente que toda la situación es un montaje.

Gastón Ledezma, un dirigente de la Federación Carrasco Tropical que acompañaba a Morales, aportó detalles sobre las operaciones de Cáceres. Explicó que este posee una planta de extracción de áridos, situada a unos 800 metros de una poza de maceración que, según indicó, ha estado abandonada por más de cuatro años. Tanto Ledezma como Morales sugirieron que la intención de vincular a Cáceres con actividades ilícitas es maliciosa y obedece a una decisión de índole política.

El expresidente expresó profunda inquietud por el caso, reiterando su convicción de que las acusaciones han sido completamente fabricadas. Alegó haber recibido información interna de la actual administración, la cual indicaría la existencia de un plan para sembrar pruebas falsas e incriminar a personas cercanas a él. Morales mencionó específicamente a Wálter Chávez y Tuto Quiroga como supuestamente involucrados con el gobierno en esta estrategia, a la que denominó una táctica de la nueva derecha.

Morales calificó el episodio como un espectáculo mediático calculado para desviar la atención pública de las controversias que rodean al círculo familiar presidencial y otras denuncias de corrupción. Lo describió como una nueva fabricación y otra falsedad orquestada por el gobierno. Además, emitió una advertencia a los líderes políticos, aconsejándoles precaución, ya que percibe un esfuerzo continuo para crear este tipo de situaciones, no solo desde el gobierno, sino también como parte de una estrategia más amplia que, según él, es impulsada por Estados Unidos y dirigida directamente contra su persona.

Desde el ámbito político afín al expresidente, el senador Leonardo Loza también manifestó su sorpresa y considerable preocupación por la detención. Aunque reconoció que los problemas legales deben ser resueltos por la justicia, las declaraciones de Loza subrayaron el carácter inesperado de los acontecimientos

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