La comunidad de Tarija se encuentra de luto tras el sensible fallecimiento del padre Juan Vega Baldivieso, párroco de la iglesia San Roque, ocurrido la mañana del domingo 20 de julio en un centro hospitalario de Santa Cruz. Su partida ha generado una profunda consternación entre los feligreses y la población en general, quienes lo recordarán por su inquebrantable vocación sacerdotal y su invaluable compromiso social.
Oriundo de Pantipampa, en la provincia Cercado, el padre Juan era una figura muy querida y respetada. Su carisma natural, su profunda humildad y su amor por su tierra, sus costumbres y su fe eran cualidades que lo distinguían. Apenas el pasado 10 de julio, había celebrado con alegría 31 años de dedicación al sacerdocio, una trayectoria marcada por el servicio y la cercanía con su comunidad.
El sacerdote había enfrentado un delicado estado de salud, producto de un accidente cerebrovascular que lo mantuvo postrado. A pesar de haber mostrado signos de mejoría, su condición requería atención especializada, lo que motivó su traslado a un hospital en Santa Cruz, donde finalmente ocurrió su deceso.
La noticia de su fallecimiento desató una ola de expresiones de pesar, que reflejaron el gran impacto de su vida en la región. Innumerables testimonios destacaron su calidad humana excepcional, su genuina preocupación por el bienestar social y su constante apoyo a diversas iniciativas, incluyendo el deporte. Su presencia trascendía lo espiritual, siendo para muchos una guía, un consuelo, una compañía y un ejemplo de entrega desinteresada.
Los Escoltas del Patrón San Roque, grupo al que el padre Juan perteneció por varios años e incluso participó bailando como promesante, recordaron la inmensa fe que les inculcó y el profundo legado espiritual que dejó en sus corazones. Desde la Diócesis de Tarija, el monseñor Jorge Saldias solicitó oraciones por su eterno descanso. Se ha informado que el velatorio se realizará este lunes en la parroquia San Martín, y el martes sus restos serán trasladados a la iglesia San Roque, su hogar espiritual.
Instituciones como la Gobernación y el Gobierno Municipal también expresaron sus condolencias, reconociendo la significativa pérdida para los creyentes. Subrayaron que su vida fue un ejemplo palpable de esperanza y dedicación, dejando una huella imborrable en cada corazón de Tarija.
Un periodista y vecino del barrio San Roque, quien lo conoció de cerca, lo describió como un hombre de un corazón inmenso, siempre dispuesto a brindar ayuda a los más necesitados, ya sea en cuestiones de salud, alimentación o apoyo a iniciativas locales. Afirmó que el padre Juan vivió bajo la humildad que profesaba, extendiendo su mano a quienes lo requerían.
Además de su labor pastoral, el padre Vega fue un ferviente promotor de las tradiciones culturales de Tarija. Gracias a su impulso, la danza del zapateo de la Pascua Florida encontró un espacio central en las inmediaciones de la iglesia San Roque, enriqueciendo el patrimonio cultural de la región. Su dedicación no se limitó únicamente a la parroquia San Roque; también estuvo pendiente de las actividades en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio Senac, y fue fundamental en la consolidación de la iglesia San Martín, ubicada en la zona del Mercado Campesino.
Su partida deja un vacío significativo, pero su memoria perdurará como un ejemplo de entrega y servicio. La comunidad de Tarija se compromete a honrar su legado, despidiéndolo con el respeto y el cariño que se ganó a lo largo de su vida