La Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) del departamento ha declarado un estado de emergencia debido al constante aumento de los precios de los alimentos en el mercado nacional, destacando el caso del pollo, cuyo costo ha generado preocupación entre los ciudadanos. Celestino Barro Gutiérrez, líder de la organización, ha convocado a diversas instituciones locales para abordar esta problemática, aunque la respuesta ha sido limitada.
En la reciente reunión, solo tres entidades respondieron a la convocatoria: Fejuve, el Comité Cívico y la Intendencia Municipal. La falta de participación de otras organizaciones llevó a los asistentes a decidir suspender el encuentro, ya que consideraban fundamental contar con un respaldo más amplio para discutir el tema de los precios.
Barro Gutiérrez ha manifestado que el incremento en el costo de los alimentos es inaceptable, señalando que, según algunas informaciones, el precio del pollo habría alcanzado los 27 bolivianos por kilo. Sin embargo, esta afirmación fue desmentida por el Intendente Municipal, Carlos Camacho Vega, quien aseguró que el precio real oscila entre 22 y 23 bolivianos. Camacho Vega también destacó que durante las inspecciones realizadas en el marco de las festividades recientes, no se observó el precio denunciado.
El Intendente subrayó la importancia de combatir la desinformación, afirmando que la difusión de precios erróneos solo alimenta la especulación y genera inquietud en la población. En cuanto a la carne de res, el funcionario indicó que su precio se mantiene estable, con un costo de 53 bolivianos por kilo para asado, y mencionó que la suspensión de las exportaciones de este producto no ha tenido un impacto significativo en el mercado local.
Además, Camacho Vega enfatizó la necesidad de que el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (Senasag) implemente un control más efectivo sobre el movimiento de la carne de res, con el fin de prevenir el contrabando y asegurar la regulación del mercado.
La Fejuve espera que, tras las festividades del Carnaval, más organizaciones se sumen a la discusión sobre los precios de los alimentos, un asunto que consideran crucial para el bienestar de la comunidad
