El departamento de Santa Cruz experimentó un notable descenso térmico este lunes, tras un fin de semana caracterizado por altas temperaturas. Este cambio se atribuye a la llegada de un frente frío de intensidad moderada, originario de la Antártida, que alcanzó la región oriental de Bolivia. Si bien su impacto fue más significativo en países vecinos como Argentina y Chile, su influencia fue suficiente para modificar el patrón climático local.

Se anticipa que esta corriente de aire fresco se mantendrá hasta mediados de semana. Las temperaturas mínimas en la capital cruceña se situarán alrededor de los 14 grados Celsius, mientras que las máximas apenas superarán los 21 grados. A partir del jueves, se prevé un incremento en la intensidad de los vientos. Estas condiciones climáticas vendrán acompañadas de ráfagas de viento significativas, que podrían exceder los 60 kilómetros por hora en Santa Cruz y las áreas del norte integrado. En las zonas de valle, el descenso térmico será más pronunciado, con mínimas que podrían alcanzar los 4 grados Celsius.

Informes del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) confirman que la masa de aire frío ha provocado una caída drástica de las temperaturas en el occidente del país. Los registros más bajos se observaron en Potosí, con -9.5 ºC, seguido de Oruro con -7 ºC, y Uyuni reportó -6.6 ºC. Se espera que las bajas temperaturas persistan el martes en regiones como el Chaco, la Amazonía, y las vastas sabanas y llanuras orientales. Asimismo, la presencia de vientos fuertes se mantendrá a lo largo del eje central.

Un aspecto de particular preocupación es la prolongada ausencia de precipitaciones en la Chiquitanía, lo cual eleva significativamente el riesgo de incendios forestales. La región ha experimentado semanas sin lluvias, alternando frentes fríos secos con periodos de altas temperaturas y vientos intensos. Esta combinación ha provocado una considerable desecación de la vegetación, creando un abundante material combustible. En este escenario, una simple chispa podría desencadenar conflagraciones de gran magnitud.

Aunque la magnitud de los incendios registrados este año no ha alcanzado aún niveles críticos, la amenaza subsiste. Cabe recordar que en el año 2023, se estima que 8.5 millones de hectáreas fueron consumidas por el fuego solo en Santa Cruz, y 12.6 millones a nivel nacional. La diferencia en la situación actual se atribuye a un periodo de lluvias continuas que se extendió de noviembre a mayo, lo que ha pospuesto la llegada de la temporada de mayor riesgo de incendios.

Ante este panorama, se ha instado a las autoridades competentes a suspender de inmediato los permisos para chaqueos y quemas controladas, y a aplicar con rigor las sanciones correspondientes. La meta principal debería ser evitar la quema de una sola hectárea más durante lo que resta del año. La pérdida de cada masa boscosa tiene repercusiones directas en servicios ecosistémicos esenciales, como el suministro de agua, la producción de oxígeno y la regulación de los patrones de lluvia

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