La reunión entre el Gobierno y los panificadores independientes comenzó alrededor de las 19:00 horas del jueves, con la participación del viceministro de Comercio y Logística Interna, Gustavo Serrano, junto a representantes del Ministerio de Desarrollo Productivo, Rural y Agua. Por parte de los panificadores independientes, estuvo presente Dandy Mallea. Por otro lado, la Confederación Nacional de Panificadores de Bolivia (Conapabol) envió una delegación reducida compuesta por tres representantes, entre ellos Fernando Chambi, dirigente de La Paz, y Juan de Dios Castillo, de El Alto.

Al ingresar al encuentro, Mallea fue recibido con abucheos por parte de los afiliados a la confederación. Según el dirigente independiente, la convocatoria fue realizada con poca anticipación y los federados optaron por no participar, dejando la decisión en manos del sector independiente.

Mientras se desarrollaba la reunión en el Palacio de Telecomunicaciones, en la avenida Mariscal Santa Cruz, los afiliados federados llevaron a cabo protestas afuera de las oficinas del Ministerio, generando momentos de tensión con la presencia de efectivos policiales.

Fernando Chambi, líder de la Federación de Panificadores de La Paz, optó por no ingresar a la reunión y anunció que el sector dejará de recibir harina subvencionada y que, a partir del día siguiente, suspenderán la producción del pan de batalla. A pesar de su decisión inicial, Chambi formó parte de la pequeña delegación que finalmente entró a la reunión.

El dirigente expresó públicamente que no existe un acuerdo con el viceministro Serrano y confirmó la intención de disolver la estructura orgánica del sector, además de cesar la elaboración del pan tradicional.

El debate sobre el pan de batalla tomó fuerza la semana anterior, cuando el Gobierno informó que la subvención para la harina solo se mantendría hasta septiembre, dejando abierta la posibilidad de revisar las medidas posteriormente.

Frente a esta situación, Conapabol decidió suspender temporalmente sus acciones el sábado pasado, esperando una convocatoria oficial del Gobierno que no se concretó. En consecuencia, el miércoles el sector decidió aumentar el precio del pan a 0,80 bolivianos.

En respuesta a esta medida, la Alcaldía de La Paz inició operativos de control en varios macrodistritos de la ciudad. Durante estas inspecciones, clausuraron el horno de Rubén Ríos, dirigente del sector, debido a condiciones insalubres en su lugar de trabajo. Además, Ríos está bajo investigación por presunto daño económico a la empresa estatal Emapa, según denuncias presentadas por el Gobierno

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